Crisis financiera y el juego de las valoraciones

Por fin hay quien empieza a denunciar informando de la realidad el desbarajuste de las finanzas públicas, como Aleix Saló, que nos muestra como a costa de manipular los balances y la liquidez de los bancos hemos ampliado de forma irresponsable un problema que ahora no podemos resolver, un problema que hemos alargado y consentido, y que nos ha llevado a la miseria política y social. Lo titula Simiocracia. Adjunto la noticia publicada hoy mismo en lavanguardia digital.

http://www.lavanguardia.com/libros/sant-jordi/20120412/54284415940/simiocracia-espana-abismo.html

El vídeo adjunto, con dosis de humor y sarcasmo, es bien claro, pero no lo explica todo. Explica que los bancos maquillan los balances; pues sí, lo hacen. Pero centremos el problema, aclaremos el por qué y expliquemos el cómo.

Problema:

Realidad no reconocida políticamente, engaño: esconder el hecho de que los bancos han asumido la insolvencia de los promotores, que ni han devuelto los créditos ni sus bienes cubren su valor, y que son técnicamente insolventes.

Por qué:

Problema financiero: la banca española dispone de un stock de bienes inmuebles, suelo y viviendas básicamente, que no puede materializar, y debe hacer frente al vencimiento de un importe que no puede asumir con el ritmo de venta actual y el valor de venta que la demanda tolera. Ahora el precio baja, pero nadie quiere comprar, y si el precio baja más no podrán cubrir los créditos concedidos con dinero pedidos a otros bancos, sobre todo europeos, alemanes y franceses. Es decir: si baja más el valor oficial del patrimonio inmobiliario (básicamente suelo y viviendas), que los bancos se han quedado de forma masiva por la crisis, la banca española puede estar técnicamente en quiebra al no poder compensar la deuda que las promotoras les deben con el valor de los inmuebles, y que a su vez los bancos españoles deben a otros bancos.

Cómo:

Manipulación financiera, se visten los balances con base legal: el problema principal no es que no se puede vender, es que la banca no se puede permitir aceptar que los valores que (dicen) son de liquidación son valores de mercado, valores que implican que el su patrimonio no es suficiente para devolver la deuda que han asumido con las demás entidades financieras extranjeras. ¿Por qué se permite esto?, Pues porque la legislación española, del régimen hipotecario, lo permite, y porque las entidades de tasaciones ya hace más de veinte años que por decreto son empresas que sirven básicamente a los bancos; son técnicamente de los bancos. Quien dice el valor de los bienes inmuebles son empresas que dependen de los bancos. Hecha la ley hecha la trampa, en verdad no hay ningún mecanismo regulado que evite hacer esta interpretación de los números, y que permita decir que, aunque todas las viviendas se venden muy por debajo del precio estimado de mercado, el precio real no es el de liquidación. Es decir, se vende a un precio inferior al de hace unos años diciendo que son liquidaciones pero que el precio real es bastante más alto, cosa que la realidad muestra que no es cierta (los precios estaban considerablemente sobrevalorados), pero dicha interpretación les permite para dar una valoración mucho más alta a sus activos inmobiliarios, que es lo que a su vez garantiza la viabilidad del retorno de la deuda de los propios bancos españoles. La legislación hipotecaria permite dar al precio de mercado un valor superior al precio de liquidación, y se juega con la bajada de precios (que es un ajuste a la sobrevaloración anterior) para decir que la baja es de hecho un precio de liquidación, cuando no es cierto, manteniendo de forma artificial unos precios de mercado falsamente más altos y una valoración de los activos de los bancos también más alta. Por eso quien compra pisos o casas a los bancos se cree que los compra con un 30 o un 40% de descuento, o lo creía hasta hace poco.

Una crisis financiera donde nadie asume sus responsabilidades

Hay salida?, analizemos por encima, para no perder el horizonte, la escala de la situación.

El Estado español debe pagar 27.000 millones de euros sólo en intereses ocasionados por la deuda pública, y el alcance de la deuda privada en España es el equivalente a un 163% del PIB. La principal deuda privada del mundo en términos relativos y el segundo en valores absolutos, detrás de los EE.UU.

Sobre la mesa está el hecho de que se estima que la banca deberá sanear sus cuentas en 50.000 millones de euros antes de un año. Hasta aquí todo está claro: la banca se ha puesto en una situación crítica a base de conceder créditos mil millonarios a empresas y especialmente a promotores, con la expectativa legítima de enriquecerse, y con el consentimiento de la política y la sociedad española que hasta hace poco veía con buenos ojos que ese dinero fluyera, ya que el sistema lo toleraba y eso nos enriquecía a todos, o eso creíamos. Mientras esto estimulaba la economía el país se beneficiaba, y el Estado también. Ahora sabemos que este mensaje era erróneo, y que muchos lo estimularon en beneficio propio y de forma irresponsable, donde las políticas europeas y nacionales fueron demasiado flexibles con el sector financiero ante los temores que la competencia de la globalización infringía a las economías europeas. Ahora sabemos que las políticas no se encaminaron a la contención de este endeudamiento para favorecer a las empresas, y que ahora la realidad es que estamos en paro y que la población tendrá que pagar con creces los excesos cometidos. Ahora sabemos que la banca se pellizcó los dedos y que al hacerlo nos ha dejado el país endeudado. Las empresas quiebran, los bancos están en una situación crítica, y la deuda del Estado y de las familias es una losa que tendremos que pagar todos con nuestro esfuerzo y sufrimiento.

Para estimular la salida a semejante situación se ha optado por dos vías: el estímulo de la compra de viviendas, y las políticas destinadas al apoyo del sistema financiero español. La primera para frenar la caída de precios de las viviendas, la segunda para avalar a los bancos españoles y mantener la credibilidad de las finanzas del Estado. Ambas no exentas de controversia política, ya que no están resolviendo el problema, lo estan postponiendo, mientras la economía se paraliza y los bancos no ven la salida a su falta de capacidad de capitalizar aquello que han valorado por encima de su valor, y la única forma de garantizar su no intervención. Son controvertidas porque los políticos amagan de forma preocupante sus verdaderas intenciones, y sus propias limitaciones.

Se ha ayudando a la banca a costa del dinero público para que a cambio ésta dé créditos, que no da, porque por otra parte el estado sube los impuestos y frena la inversión, facilita el despido, el desmantelamiento de las empresas, y la bajada en picado del consumo interno, frenando de golpe la actividad económica. Se da dinero a la banca sin exigir responsabilidades mientras la propia crisis alimenta la parálisis de la concesión de créditos, por los riesgos que los propios ajustes forzados por Europa y nuestros gobiernos han provocado. Con la mirada únicamente en los bancos y la contención de la deuda pública se ha potenciado el estreñimiento de la economía.

El gobierno de España estimula la adquisición de las viviendas con mensajes que alteran su valor como salida a la crisis, para ayudar a los bancos y traspasando directa e indirectamente a la ciudadanía su coste. Reintroduciendo la ayuda fiscal a la adquisición de viviendas se estimula la compra de viviendas y se induce a frenar la bajada en picado del precio de las viviendas. Con esta política se dejan de hacer otras políticas de vivienda, como vivienda pública o ayudas a las familias que más lo necesitan. Se estima que el 80% del dinero destinado a política de vivienda es en ayudas fiscales, que de hecho significa que el estado paga un 15% del valor de las viviendas (en muchos casos), política que el gobierno hace años que practica, que el PP estimuló a costa de frenar la ayuda al alquiler, y que es a su vez una de las causas de la burbuja inmobiliaria. Pero eso no es todo, ante la actual situación se aseveran cosas contradictorias como decir que con la ayuda pública a los bancos se ayuda a la bajada de precios de las viviendas. Este ha sido el mensaje transmitido por el nuevo Ministro de Economía y competitividad, Luis de Guindos. El pasado 2 de febrero anunciaba un Decreto Ley sobre la reforma financiera del sector bancario español, y en su declaración decía que la medida haría bajar el precio de las viviendas.

http://www.lavanguardia.com/economia/20120202/54248361053/banca-debera-sanear-cuentas-antes-ano-50-000-millones.html

El mismo día se publicó la noticia de que el saneamiento de la banca contará con fondos públicos.

http://www.lavanguardia.com/economia/20120202/54248226670/saneamiento-banca-fondos-publicos.html

Una crisis política, donde nadie asume sus responsabilidades

Estamos en crisis, económica, financiera, y la respuesta del gobierno central resalta el centralismo, la castellanidad y el populismo político, en nombre de la identidad española, pidiendo que hagamos todos un esfuerzo bajo el espíritu patriótico. En lugar de cuestionar el modelo de estado actual desde la raíz centralista, negacionista y populista, se muestra la hostilidad a la realidad policéntrica, plurinacional y cultural del territorio español. Se niega la ineficiencia de la política de inversiones públicas de interés nacional, así como de la transferencia fiscal interterritorial, articulada desde el gobierno de Madrid, mientras los diferentes pueblos de España no cesan de denunciar su acoso económico y cultural, reclamar más autonomía y el derecho a dignificar su identidad.

El estado español huye de apostar por un modelo competitivo sacrificando su patrimonio y su discurso a la estrategia de los votos que esperan obtener, de forma irresponsable bajo un sentimiento nacionalista irracional, al tiempo que ha consentido manipular los balances financieros, y con ello ampliar nuestra precariedad. La crisis se acelera (más pobreza, más paro y más miseria) y los bancos deben quebrar y ser intervenidos, necesariamente. La Europa del euro deberá asumirlo, se ha equivocado, y nosotros también, a golpes de negación de la realidad, que es lamentable.

Además, con la crisis es posible que solares que tenían algún valor nunca más lo tengan, que vuelvan a ser campos, no terrenos edificables. Del mismo modo, que pisos que antes podían terminarse acaben por ser estructuras que tarde o temprano se deberán derribar. En crisis nadie viene a España a trabajar, la gente se va, y del mismo modo que han venido más de cinco millones de extranjeros en los últimos años, es posible que se vayan, junto a muchos españoles, a otro lugar, otros cinco millones de personas. Entonces: ¿qué pisos o solares se venderán?, ninguno. Si esto ocurre, que ocurrirá en gran medida, de nada sirve maquillar balances. Los bancos estarán en quiebra, y el país también. Entonces, cuando ésto ocurra, habrá quien dirá: nos equivocamos intentando ajustar el déficit, ya que ahogamos la economía, y liquidamos toda posibilidad de que el dinero fluyera y absorbiera los bienes immuebles que hincharon la burbuja inmobiliaria, y ello arruinó a las empresas, a las cajas, a los bancos, y el futuro del país. [la realidad, a 2019, mostró que la solución temporal fue crear dinero ficticio, y estimular así artificialmente la recuperación de la economía, pero no el sentido común]

Andreu Marfull i Pujadas
2012.04.13
[Nota a 2019.03.29]

2 pensaments sobre “Crisis financiera y el juego de las valoraciones

    1. Es un muy buen ejemplo de como respondemos cuando vemos las cosas pero nos cuesta mucho creerlas. Un saludo

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