Siglo X – 2014. Historia oficial de Catalunya, comentada

Andreu Marfull, 2014

Índice

El origen, mil años atrás

Siglo XII, la unión con Aragón. Una alianza, pactada, entre dos soberanías feudales autónomas

Catalanes y aragoneses, señal condal y dignidad real para una Corona de larga tradición

Siglos XIII y XIV, la Corona se abre al mar, al comercio y a la ciencia, a la comprensión del mundo

1410-1412, el ‘Compromiso de Caspe’, un pacto entre catalanes, aragoneses y valencianos por la elección de un nuevo monarca tras la muerte inesperada del legítimo heredero. Una decisión difícil enmarcada por la autoridad de un Papa aragonés vinculado con la aristocracia de la Corona; el último Papa del ‘Cisma de Occidente’ (1378-1417)

1462-1472, la guerra civil catalana. El Principado de Catalunya desea escribir una nueva página en la historia de la Corona de Aragón

1492, las Capitulaciones del Almirante don Cristóbal Colón, un pacto para un nuevo mundo, las Indias. Un proyecto constructivo ideado en Catalunya al modelo de la Corona de Aragón y la leyenda oscura de sus protagonistas

1495, se compilan las Constituciones de Catalunya. Orden y gobierno pactado en el Principado

Empieza el siglo XVI, un nuevo continente con un descubridor y una corona borrados y apartados de la historia de América por parte de quien asegura ser el protagonista, la Corona de Castilla

1516, las llamadas ‘Indias de la mar Oceana’ se incorporan a la Corona de ‘las Españas’ (y Castilla) pero la historiografía española cuenta otra historia

Siglo XVI, la Corona de Aragón al servicio de España y sus monarcas, de sus intereses europeos y de sus intereses oceánicos. 1530 y 1588, dos fechas clave

Cambio de siglo, XVI-XVII. El borrado del protagonismo de la corona de Aragón en el primer siglo de la expansión por América, por parte de quien asegura ser el único protagonista, castilla

Siglo XVII, la Corona de Aragón se mantiene solo con sus estados peninsulares, mientras la monarquía española se debilita rápidamente por el afán de manipular una conquista bélica, religiosa y militar de unas tierras que multiplicaban exponencialmente el tamaño de los dominios peninsulares

1640-1659, la Catalunya social e institucional se alían contra la monarquía española mientras el orden europeo se renueva. Se inicia el acoso Borbón sobre los Habsburgo y el Principado es dividido

1697, la Francia borbónica, de la mano del ‘Rey Sol’, Luis XIV, agrede Catalunya y Barcelona, mientras media Europa se alía para frenar sus ambiciones

1704 y 1706, dos compilaciones de las Constituciones catalanas firmadas por dos reyes en guerra. Catalunya se defiende ante el acoso Borbón francés e hispánico y opta por legitimar al pretendiente austríaco, con quien sí confía su lealtad y una gran alianza europea

1713-1714, Catalunya, Mallorca y la Corona de Aragón peninsular que todavía resiste no aceptan los tratados de Utrecht y siguen la guerra contra los borbones

1714, Londres se avergüenza de haber abandonado la nación catalana ante los borbones, pero la Reina británica pacta con Felipe V y Luis XIV obtener el control de rutas comerciales y numerosas tierras, que pasan a manos británicas, entre ellas Gibraltar

1716, Felipe V de Borbón acaba con las instituciones del Principado de Catalunya y del resto de Estados de la Corona de Aragón, y con siete siglos de orden constituido

1812, la Monarquía borbónica es vencida por Napoleón y los representantes de las ciudades de España redactan una Constitución, en Cádiz. Pero no se restituyen las estructuras de las coronas de España. La castellanidad y la monarquía prevalecen

1841, ¡abajo las murallas!. .. 1842, Barcelona, bombardeada de nuevo por el orden militar español. El pulso por un nuevo orden económico, político y social alentado por la industrialización desigual en España, en pleno declive colonial

1850, España se concibe como un poder centralizado en una capital y docenas de provincias; Catalunya se divide en cuatro. El poder centralizado, el Estado español, se mantiene al dictado de su única capitalidad, Madrid

1909 – 1930, pulso económico, político, social y cultural en Catalunya. Pulso militar, monárquico y religioso en toda España. En 1914 se crea la ‘Mancomunitat de Catalunya’

1923-1939 fracasa la dictadura militar apoyada por la Monarquía, el Rey se exilia y se implanta una República en España. Una fuerte tensión estatal e internacional impone cambios pero un nuevo golpe de Estado le pone fin

Franco, Hitler y Mussolini, unidos por el ansia de poder y el fanatismo ideológico contra las revoluciones sociales y morales, bajo la bendición de la Iglesia Católica Española y con el poder de sus ejércitos

1937, la Alemania nazi y el fascismo italiano bombardean indiscriminadamente Guernica, Barcelona y el levante peninsular. Delirios militares y desmedidos de grandeza e inmoralidad del poder

1945, se fundan las Naciones Unidas, por la defensa pacífica de las naciones del mundo y para fomentar la libre determinación de los pueblos con medios pacíficos. Catalunya presenta una alegación, pero está bajo una dictadura y el ‘caudillo’ se alía con los Estados Unidos en su lucha contra el comunismo

1940-1958. Se construye el mausoleo del ‘Valle de los Caídos’. Un monumento al nacional-catolicismo a la altura de su mala conciencia

1975-1977, acabada la dictadura aires de libertad asoman en Catalunya. Pero la Iglesia, el Ejército y la Monarquía mantienen su estatus

1978, se redacta la Constitución Española, un proyecto abierto pero con unos fundamentos blandos. España sigue sin poder hacer una sana revisión histórica de su memoria

2006, España entra en crisis. El poder jurídico, político y empresarial se alían en Madrid y el Partido Popular hace de la campaña contra el ‘Estatut d’Autonomia’ de Catalunya su principal lucha en la oposición. En 2009 la sociedad catalana se moviliza indignada, se pregunta si vale la pena formar parte de esta España

2010, Catalunya muestra su indignación ante la justicia politizada de España y toma conciencia de su condición de nación

2012, 11 de septiembre, Catalunya desea ser un Estado más de Europa y traslada su demanda al poder político para que inicie los trámites para realizar un referéndum de autodeterminación

2013, 11 de septiembre, Catalunya muestra al mundo su capacidad y decisión en labrar un camino para su independencia

La Monarquía española habla de concordia e hispanidad, el ‘unionismo español’ amenaza al pueblo de Catalunya y Catalunya sale de nuevo a la calle, el once de septiembre de 2014

 

El origen, mil años atrás

Siglos X-XI Sepulcros románicos de Ermessenda de Carcassona y se bisnieto Ramon Berenguer II, conde de Barcelona BN
Siglos X-XI, sepulcros románicos de Ermessenda de Carcassona y su bisnieto Ramon Berenguer II, conde de Barcelona, en la Catedral de Girona. Fuente de la imagen: http://www.blogs.sapiens.ca (consulta 30 Nov. 2013)

Los sepulcros románicos de Ermessenda de Carcassona y su bisnieto Ramon Berenguer II, conde de Barcelona, situados en la Catedral de Girona, son la fuente más antigua conocida de las barras rojas sobre fondo amarillo que se convirtieron en el símbolo de la Corona de Aragón. El féretro estuvo dentro de otro mayor desde el siglo XIV y fue descubierto en 1982. El análisis de las pinturas se corresponden con los de otras pinturas románicas de los siglos XI y XII.

Por otro lado, existen hasta siete sellos del conde Ramon Berenguer IV con la señal heráldica de los Cuatro Palos en su escudo, donde en el anverso se identifica la inscripción “RAIMVNDVS BERENGARII COMES BARCHINONENSIS”, y en el reverso “ET PRINCEPS REGNI ARAGONENSIS”.

UN POCO DE HISTORIA

El primer conde de Barcelona fue Berà I (801-820) y era primo de Carlomagno (su bisabuelo materno fue Carlos Martel); era hijo de Guillermo I de Tolosa, nieto de Carlos Martel. Del mismo modo, el primer conde de Barcelona con derechos hereditarios, Guifré el Pilós (840-897), era descendiente de ellos.

El conde de Barcelona Wilfredo el Velloso, por su lealtad a Carlos el Calvo, nieto de Carlomagno, convierte el linaje de Barcelona en un título hereditario en el año 878. Con esta dignidad da a Barcelona una autoridad que la convertirá en la capital de Catalunya y durante siglos será un referente para gran parte de Occitania, cuyos territorios le dieron vasallaje. El linaje se mantuvo de padre a hijo hasta 1410, cuando Martín I el Humano murió sin descendencia, tras la muerte inesperada de su hijo Martín el Joven, el Rey de Sicilia, en 1409.

Los condes de Barcelona dejaron de dar vasallaje al rey de Francia en el año 987, como consecuencia de una deslealtad. Los sarracenos invadieron y saquearon la ciudad de Barcelona dos años antes (985) y el rey de los francos no vino a socorrer al conde a pesar de la demanda que éste le hizo llegar. Eran los últimos años de la dinastía carolingia (desapareció en 991), la misma que había visto nacer y crecer los condados catalanes y los condados aragoneses.

En la ciudad de Toluges, en el Rosellón -ahora en la Catalunya Norte francesa-, se celebró la primera asamblea de Paz y Tregua de Dios de los condados catalanes, en 1027, bajo la presidencia del abad Oliba, fundador del Monasterio de Montserrat en 1025, ante la crisis de la autoridad condal en el Rosellón y la revolución feudal, y con la organización del campesinado y las altas jerarquías eclesiásticas se celebró la asamblea para mantener la paz y el orden público, el comercio, mercados y ferias. El mismo abad fundó los monasterios del Canigó, Vic, Sant Pere de Rodes y Cardona, entre otros. Del mismo modo se creó la Corte Condal (o Cúria Comtal) en el siglo XI, a la medida de la Cúria Real franca mientras los condes de Barcelona se consolidaban como príncipes soberanos de demás condados.

En 1025 se determinaron los derechos de los habitantes libres y poseedores de tierras libres de Barcelona y su territorio, garantizados y protegidos por la autoridad del conde, y se crearon los Usatges de Barcelona, el documento legislativo que regulaba la vida jurídica catalana entre los siglos XI y XV, compilados por primera vez en 1045 como la Usalia, compuesto por veinte artículos redactados por Ponç Bonfill, sustituyendo el Liber iudiciorum (654) legislativo de la realeza visigoda, ya anticuado, e inspirados en el renaciente derecho romano.

APRECIACIÓN HISTÓRICA

Catalunya nace a partir de una doble ruptura política; con la tradición romana, poco o mucho mantenida con las ocupaciones germánica e islámica, y más tarde con el imperio Franco. Al margen del dominio franco apareció una lengua, un derecho, un gobierno y la capital de un territorio (Barcelona).

A finales del siglo X, en un momento de maduración del orden feudal en Europa, nació un pueblo y una nación al amparo de un condado que, con el paso de los siglos, la dignidad de su soberanía acabaría convirtiéndose en un Principado, en el marco de una Corona que con el lenguaje moderno llamaríamos confederada. La asunción del honor real otorgado por Aragón en el siglo XII y los reinos que posteriormente crearían o incorporarían catalanes y aragoneses provocaría esta compleja organización política.

La historia de la Corona de Aragón es por lo tanto muy distinta a la historia de la Corona de Castilla (y León), donde la autoridad del Rey sobre sus pueblos y territorios sería otra tal y como profesa la historiografía de Castilla y de España, especialmente a partir del momento en que el rey de Castilla atacó a su cuñado, el rey de León, en el año 1037. Un reino de Castilla, por cierto, que fue dignificado con este título gracias al Reino de Pamplona, de la misma forma que ocurrió con el Reino de Aragón. El año 1035, mientras en Francia se restituía una nueva estirpe, los Capeto, el rey de Pamplona Sancho III repartió entre sus tres hijos los reinos de Pamplona (más adelante sería el reino de Navarra), de Aragón y de Castilla.

Siglo XII, la unión con Aragón. Una alianza, pactada, entre dos soberanías feudales autónomas

1137 Comunicado de Ramiro de Aragon a sus subditos de la donacion de la hija y del reino al conde de Barcelona BN
Donació del regne i la filla de Ramir II
1137, Comunicado del Rey Ramiro de Aragón a sus súbditos de la donación de su hija y de su reino al conde Ramon Berenguer de Barcelona. Localización del documento y fuente de la imagen: Archivo Real de Barcelona, http://www.mcu.es/archivos/MC/ACA/ExpoPatronato/p_059.htm (consulta 30 Nov. 2013)
http://www.mecd.gob.es/cultura-mecd/areas-cultura/archivos/mc/archivos/aca/exposiciones-virtuales/expo-patronato/exposicion/archivo-historia/historia-general.html (consulta 18 Jul. 2016)

El 1096-1099 tuvo lugar la Primera Cruzada, y en 1131 Alfonso I de Aragón -también rey de Navarra (dicho hasta entonces Reino de Pamplona)- dejó en testamento el Reino a las tres órdenes creadas en Jerusalén: el Santo Sepulcro, el templo de Salomón y el Hospital de San Juan Bautista. Su sucesor Ramiro dio el Reino al conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, acordando su matrimonio con su hija Petronila.

Con la unión el Reino de Aragón y el incipiente ‘principado’ del Conde de Barcelona nació una Corona, una dignidad alrededor de un conde y rey, pero fueron necesarios bastantes más años para su consolidación.

Los condados primordiales de Ramon Berenguer IV eran los de Barcelona, Girona, Osona y Cerdaña, no como rey ni en nombre de un reino, manteniendo la dignidad de cada condado bajo la autoridad principal de conde de Barcelona, pero su dominio o autoridad iba mucho más allá. Los condados de Provença, Millau, Gavaldà y Carlades estaban vinculados con la Casa de Barcelona tras el matrimonio entre Dulce de Provenza y Ramon Berenguer III (1112) y le rendían vasallaje, así como los condados occitanos de Bearn, Bigorra, Comenge, Carcassona-Besiers, Melguelh y Nimes, todos ellos en la actual Occitania francesa. Del mismo modo fue Ramon Berenguer IV quien ya ‘dominador’ de Aragón conquistó con sus ejércitos tierras hasta más allá del rio Ebro, el actual sur de Catalunya, y prosiguió también la expansión aragonesa hacia el sur.

LAS CRUZADAS, LOS TEMPLARIOS Y EL CONDE DE BARCELONA

El conde de Barcelona Berenguer Ramón II murió en Jerusalén el 1097 en el curso de la Primera Cruzada, en 1098 se creó la Orden del Santo Sepulcro, y el 1099 Raimon de San Geli, conde de Tolosa y de Provenza y hermanastro del conde de Barcelona y líder del mayor ejército de la Primera cruzada- fue quien entró en Jerusalén y quien rechazó ser el Rey en el primer concilio de la Iglesia del Santo Sepulcro. Una historia que continuó bajo el condado del sucesor de Berenguer Ramón, cuando Barcelona y Provenza unían (1112) y se creaba, oficialmente (1113), la Orden del Hospital de San Juan (Bautista) de Jerusalén, siendo su primer maestro conocido un religioso natural de Provenza. Poco después se fundaba la Orden del Temple, el 1118-19.

El primer maestro conocido de la Orden de San Juan fue Gerard de Sant Genís, natural de Provenza, y su creación supuso el origen de una red de hospitales en el camino de la peregrinación desde Europa a Tierra Santa; el segundo gran maestro fue Raimon de Puy (1080/83-1160), también de Provenza. Es sugerente que esta última orden, los hospitalarios, tuvieran sus orígenes en Provenza, que su origen oficial fuera el 1113, y que en 1112 el conde Ramón Berenguer III, el sucesor de Berenguer Ramón II (muerto en Jerusalén el 1097) se casara con la condesa Dulce de Provenza. Es decir, en 1112 el conde Ramón Berenguer III de Barcelona fue también conde de Barcelona, el 1113 se constituyó la Orden de San Juan bajo la influencia de Provenza, y en 1130 el mismo conde se hizo templario. Como colofón, resaltar que la regla de la Orden del Temple fue redactada el 1128 por San Bernardo, el reformador del Cister, y tanto el Cister como el Templo fueron órdenes fundadas bajo la regla de San Benito, de gran tradición en Catalunya.

APRECIACIÓN HISTÓRICA

El Principado de Catalunya se define técnicamente en el siglo XII por el conde y rey Ramón/Alfonso ( se le atribuyen los dos nombre, pero la historia de España siempre se olvida del nombre que le puso su padre: Ramon), vivió entre 1152/1157 y 1196, y fue el heredero del Reino de Aragón y de los títulos y dignidades de Conde de Barcelona, al delimitar los territorios del conde sobre los que ejercía la autoridad de “príncipe”. También delimitó los territorios del Reino de Aragón. El término de príncipe (dominio de diversos condados) ya se utilizó desde el conde Borrell II (927-997), pero no fue hasta el reinado de Ramon Berenguer III (1082-1131) que aparece la denominación ‘Catalonia’ como indicador del territorio de los catalanes (que se tenga constancia).

Asimismo, Jaime I ‘El conquistador’ (1208-1276), en su testamento, nombró a su hijo Pedro (1240-1285), quien sería llamado Pedro II el Grande, ‘Heres Catalonie’, Heredero de Catalunya, a la vez que creó, tras su conquista, los Reinos de Valencia y de Mallorca. Por otro lado, la denominación de Principado de Catalunya, un concepto hasta entonces comprendido como los territorios bajo la dignidad de príncipe del Conde de Barcelona, se normalizó en el siglo XIV, bajo la jurisdicción de las Cortes Catalanas, bajo unas leyes uniformadas por las Cortes, del mismo modo se tiende a normalizar, en el siglo XIV, el término de Corona de Aragón, como entidad también consolidada y definida como una comunión de Estados. Tras siglos de estructura feudal en evolución la autoridad del Rey y del Principado ya se habían normalizado y aceptado comúnmente. Ahora bien, de forma muy especial hasta entonces la dignidad de los príncipes se subordinaban, junto con las de los reyes y emperadores, al Papa, y la orden religiosa, de dimensión continental, tendía a erigirse como la principal empresa de Europa.

Catalanes y aragoneses, señal condal y dignidad real para una Corona de larga tradición

Genealogia regum Navarrae et Aragoniae et comitum Barchinonae BN
Copia del siglo XV de un Manuscrito de 1380, sobre las genealogías de los condes de Barcelona, llamado ”Genealogia regum Navarrae et Aragoniae et comitum Barchinonae”, de Jaume Domènec, que encargó el infante Juan I. Localización del documento y fuente de la imagen: Biblioteca de Catalunya, http://mdc.cbuc.cat/cdm/ref/collection/manuscritBC/id/9908 (consulta 30 Nov. 2013)

En este manuscrito de 41 páginas se expresa como el conde de Barcelona Ramon Berenguer IV mostraba su escudo en el pacto que le ofreció el rey Ramiro (el Monje) de Aragón para casarlo con su hija Petronila, y se indica que

Ramon Berenguer conde de Barcelona, cuarto de su nombre, (…) nunca quiso ser nombrado rey, sino administrador del reino, ni cambió sus armas condales, incluso el Señal Real es aquél que era del conde de Barcelona, “Numquam tamen voluit rex appellari, sed administrator regni, nec arma comitatus mutare, unde adhuc signa regalia sunt illa que comitis Barchinone erant”.

El Reino de Aragón y La Corona incorporaron la dignidad y escudo de las barras rojas sobre fondo amarillo, basándose en la naturaleza pactada y dignificada por el rey Ramiro de la unión entre un Rey y un Conde independientes. Es decir, bajo la denominación de Corona de Aragón se dignificaba la naturaleza real de la Corona, y bajo su símbolo y escudo, la señera, se dignificaba al Condado de Barcelona.

Por otro lado, en numerosos referentes el escudo original para el Reino de Aragón era la Cruz de San Jorge o también llamada Cruz de Alcoraz, así como la Cruz de Ainsa, una cruz blanca con fondo azul.

CONTEXTO HISTÓRICO:

Más allá de los sellos con el escudo con ‘palos’ verticales de Ramon Berenguer IV, del siglo XII, y de demás pruebas que indican la señal familiar de las armas del conde que asumió la dignidad de Rey de Aragón, lo incontestable es que todos los condes y reyes de la historia del Principado de Catalunya y de la Corona de Aragón, y todos los historiadores, aseguran que las barras rojas sobre fondo amarillo, llamadas Sello Real, Señal Real, Armas Reales o ‘Cuatro Palos’ fueron asumidas por el Reino de Aragón y los demás reinos de la Corona como señal familiar de las armas del conde de Barcelona. Por eso se la conoce como “Señera”. Un conde que asumió la dignidad real, manteniendo su emblema, sus armas, al asumir el Reino de Aragón como propio. El único historiador antes del siglo XX que ha sostenido y argumentado el origen aragonés de los Cuatro Palos fue Pellicer de Tovar, en 1642, en plena Guerra de los Segadores entre Catalunya y la Monarquía Hispánica, y tras la proclamación del rey de Francia como conde de Barcelona. Por otro lado, es sabido también que Pellicer era un conocido polemista político anticatalán y falsificador de documentos. También es incontestable que Catalunya mantuvo hasta el siglo XVIII el título de Conde de Barcelona como su máxima y legítima dignidad. El historiador Armand de Fluvià transcribe a la perfección la gran cantidad de documentos que confirman estas afirmaciones ante el ya entonces abierto debate sobre cuál era la bandera de Aragón. ([1])

APRECIACIÓN HISTÓRICA

El término de Rey de Aragón fue una dignidad asumida por Catalunya como propia en la medida que se definió simbólica, jurídica y administrativamente la denominación de Principado de Catalunya como un Estado equiparable al del Reino de Aragón, como los recientemente creados Reino de Valencia y Reino de Mallorca y los posteriormente incorporados reinos de Sicilia (siglo XIII) y de Cerdeña, en el siglo XIV. Se aceptó la dignidad real del Reino de Aragón, mientras que su señal o símbolo, la señera, se heredó del Conde de Barcelona, tal y como los manuscritos históricos profesan y describen. Una señera que se extendería en el Reino de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Sicilia, de Nápoles, en el Rosellón y en la bandera de Provenza, que, de hecho es probable que fuese co-originaria (aparecen simultaniamente), con la unión de los condados de Provenza y Barcelona, al inicio del siglo XII, justo al terminar la primera cruzada a Jerusalén. De hecho, a partir de entonces empezaron a aparecer en Europa los símbolos, escudos, señales reales… la heráldica.

Catalunya tiene, como aquí se muestra, una historia realmente compleja y propia que empezó antes de su comunión con Aragón pero que se consolidó con la dignidad compartida entre las figuras del conde de Barcelona y del rey de Aragón. Como muestra de ello en el siglo XIII se denominó “Aragonum et Catalonie”, en el siglo XIII “Regno, dominio et corona Aragonum et Catalonie” (1286, en el Privilegio de anexión de Mallorca), Corona Reial (1289, Cortes de Monzón), Corona Daragon e Comptat de Barcelona (1295, Capítulos de mensajeros de Jaime II), Patrimoni Reial o Ceptre Reial.

NOTA HISTÓRICA: LA DONACIÓN DEL REINO DE ARAGÓN A LOS TRES ÓRDENES DE JERUSALÉN, EL 1131

La donación del rey de Aragón, Alfonso, en 1131, de su reino a las tres órdenes principales de Jerusalén, entre ellas los templarios, fue el motivo que permitió a éstos disfrutar de grandes privilegios hasta su incorporación a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén (la actual Orden de Malta), el 1317. No es nada atrevido relacionar esta dignidad con el honor de la denominación de Aragón, más allá de su dignidad real concedida por el reino de Pamplona.

Siglos XIII y XIV, la Corona se abre al mar, al comercio y a la ciencia, a la comprensión del mundo

1375, Atles català de Cresques Abraham COMPLETO BN
1375, el ‘Mapamundi’ de Cresques Abraham. Localización del documento y fuente de la imagen: Bibliothèque nationale de France, http://archivesetmanuscrits.bnf.fr/ead.html?id=FRBNFEAD000034905&c=FRBNFEAD000034905_e0000018&qid=sdx_q0 (consulta 30 Nov. 2013)

En 1381 el Infante Juan, el mismo que mandó narrar la “Genealogia regum Navarrae et Aragoniae et comitum Barchinonae”, entregó como obsequio al rey Carlos VI de Francia el manuscrito llamado ‘Atlas Catalán’, uno de los más importantes documentos de la Biblioteca Nacional de Francia. Está escrito en catalán y en él se muestra un ‘Mapa mondi’, definido aquí como una ‘imagen del mundo, y de los diversos estados del mundo, y de las regiones que son sus tierras, de diversas maneras de gentes que en ellas habitan’. Fue realizado en 1375 y en él  se muestran las tierras conocidas desde las Islas Canarias hasta el Extremo Oriente, desde el mar del Norte hasta el trópico de Cáncer. Las Islas Canarias, entonces ocupada por un obispado, Telde, con religiosos mallorquines y catalanes, se muestran junto a un gran navío encabezado por una gran señera.

Pero no es únicamente un mapa, quiere describir el cosmos según lo entendía el autor, el judío cartógrafo mallorquín Cresques Abraham. Incluía versos de la Biblia, fragmentos de San Isidoro, lugares comunes de Aristóteles, Ptolomeo y Plini, mitología grecoromana y astrología, así como un compendio de sus nociones planetarias, cronológicas, atmosféricas y marítimas. También expresa el zodíaco, las fases de la luna, la calidad de los planetas y esferas cósmicas.

CONTEXTO HISTÓRICO

El Reino de Aragón expresó su situación interior en una estrategia de expansión dentro de la península y el condado barcelonés lo hacía en Occitania, el Golfo de León y en el mar Mediterráneo, enfrentado abiertamente al Rey de Francia. Tras el Tratado de Corbeil de 1258 entre Jaime I y el Rey de Francia se puso fin a un largo conflicto renunciando a su autoridad en Occitania, desde Provenza hasta Foix y Tolosa, mientras extendía su autoridad en el Mediterráneo, en Valencia, Mallorca y Murcia. Jaime I ayudó a su hija Violante de Hungría y Aragón, esposa del rey de Castilla, para someter la rebelión islámica en Murcia, sólo con la ayuda de la nobleza catalana, y cedió el control de Murcia a Castilla.

Tras el Tratado se abría una larga e intensa etapa de expansión de la Corona por el Mediterráneo y se incorporaron los reinos de Sicilia, Córcega, Cerdeña y el Condado de Malta, que se vinculó a la Corona de Sicilia y ahora es un Estado más de Europa. Los ducados de Atenas y Neopatria, en la actual Grecia, formaron parte también de la Corona en el siglo XIV, mientras que el Reino de Nápoles, que formaba parte del Reino de Sicilia se desde el siglo XII hasta la revuelta siciliana ante el monarca Carlos I de Anjou, fue incorporado en el siglo XV por Alfonso de Aragón el Magnánimo.

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

Tal y como manifiesta la expansión de la Corona por las islas mediterráneas el comercio internacional representó la máxima expresión de su vitalidad, con Consulados de mar catalanes en el norte de África (desde Ceuta a Trípoli), en Oriente Medio (Alejandría, Damasco, Beirut…), en todo el Mediterráneo europeo (en el Reino de Granada, desde Almería a Málaga, Marsella, Pisa, Génova, Roma, Venecia, Rodas, Constantinopla…), y en el este de Europa (Londres, Brujas, Gant…). Del mismo modo, la Corona mantenía su autoridad en el sur de Europa, frente los Estados italianos y frente al Papa.

1410-1412, el ‘Compromiso de Caspe’, un pacto entre catalanes, aragoneses y valencianos por la elección de un nuevo monarca tras la muerte inesperada del legítimo heredero. Una decisión difícil enmarcada por la autoridad de un Papa aragonés vinculado con la aristocracia de la Corona; el último Papa del ‘Cisma de Occidente’ (1378-1417)

1412 Compromiso de Caspe BN
1412, Borrador del acta de la designación de Fernando I como rey, por parte de los compromisarios reunidos en el castillo de Caspe, el 25 de junio de 1412. El nombre del elegido fue escrito en el margen, después de tacharlo dentro del texto. Fuente: Archivo Real de Barcelona, http://www.mcu.es/archivos/MC/ACA/ExpoPatronato/p_067.htm (consulta 30 Nov. 2013)

El Cisma de Aviñón fue un desafío a un prestigio Roma, impulsado desde Aviñón, localidad de Provenza, de tradición occitana y catalana. De hecho los papas Clemente V (1305-1314), Juan XXII (1316-1334), Benedicto XII (1334-1342), Clemente VI (1342-1352), Inocencio VI (1352-1362), Urbano V (1362-1370 ) y Gregorio XI (1370-1378) no residieron en Roma, sino en Aviñón. En 1377 Gregorio XI fue a Roma y murió en 1378, y fue en la elección del siguiente Papa que no hubo acuerdo.

En el año 1378, tras la celebración de un conclave para escoger un nuevo Papa, tras una fuerte tensión entre cardenales, el este de Europa (Escocia, Francia, Castilla, Navarra, Aragón, Chipre) se unió para elegir un papa alternativo que se instaló en Aviñón, Francia. Empezaba así el conocido Cisma de Occidente, que tuvo su último Papa en la figura del cardenal aragonés Pedro de Luna, nombrado papa Benedicto XIII y conocido popularmente como Papa Luna; era pariente de la esposa del rey de Aragón y conde de Barcelona Martín I el Humano.

Los acontecimientos hicieron que en pocos años coincidiesen la debilidad de un Papa que perdió el apoyo de Francia, con la imposibilidad de establecer un heredero directo de Martín I, que murió en 1410, tras la muerte inesperada de su primogénito Martín I el Joven, Rey de Sicilia, en 1409. En ese momento Benedicto XIII se había instalado en la Corte Real de Barcelona. El Rey y el Papa intentaron nombrar al hijo bastardo de Martín I el Joven, Federico el conde de Luna, pero el Rey se murió antes de asegurar su voluntad.

Martín I antes de morir mandó convocar los brazos y estamentos de personas expertas en leyes para resolver la cuestión, y el papa Benedicto XIII fue quien propuso, ya muerto el rey Martín, la convocatoria de unos compromisarios para sentenciar el pleito.

En ese momento la mayor parte de los obispos y cardenales de la Corona de Aragón habían sido nombrados por el Benedicto XIII, pero el obispo de Urgell, Jaume, no lo reconocía. Y Jaume d’Urgell era descendiente del linaje masculino del rey Alfonso el Benigno, abuelo de Martín I el Humano. Los demás candidatos eran el hijo de su sobrina Violante, Luis de Anjou, rey de Nápoles emparentado con la monarquía francesa, y su sobrino, hijo de su hermana Elionor, el Infante de Castilla Fernando de Trastámara, que había sido elegido rey regente de Castilla tras la muerte de su hermano Enrique III y con la minoría de edad de su hijo Juan II. Elionor se había casado con el rey de Castilla Juan I, en el marco de la larga tradición de pactos y dignidades mutuas que habían mantenido la paz entre las Coronas de Castilla y León y de Aragón.

Jaume d’Urgell fue quien inicialmente tenía más posibilidades, pero no tenía el apoyo ni del Papa ni de los cardenales aragoneses. De hecho no tenía apoyos en la Corona, y con su estrategia de pactar con el Califato de Granada y luego con el papa de Pisa, adversario de Benedicto XIII, lejos de conseguir complicidades dejó de tenerlas. Por otro lado el Infante Fernando movilizó sus intereses comunes con Aragón e hizo valer su apoyo a Benedicto XIII. La candidatura de Luis de Anjou estaba respaldada por el rey de Francia, que propuso entregar el condado de Provenza y las tierras de Anjou. Ante la dificultad de encontrar una solución pactada se decidió que representantes del Reino de Valencia entraran en el debate.

Al final Benedicto XIII consiguió incidir (no decidir) en el contencioso, incorporando hasta siete compromisarios afines, con Jaume d’Urgell debilitado y Luis de Anjou sin respaldos, y Fernando de Trastámara fue nombrado el heredero, utilizando desde entonces el apellido de Aragón. Entre las raíces del nuevo rey Fernando estaba su madre Eleonor de Aragón, la hermana de Martín I el humano.

Pese a todos los esfuerzos de Benedicto XIII para imponer su autoridad como Papa, tras el concilio de Constanza de 1414 se consiguió de nuevo la unidad de la Iglesia. En 1415 el rey Fernando le retiró la obediencia y se retiró al castillo de Peñíscola, y en 1417 ya lo habían abandonado los cortesanos y los cardenales.

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

El Compromiso de Caspe fue una gran demostración de diplomacia institucional distinta a las guerras que más adelante asolaron Europa cada vez que hubo un conflicto de sucesión dinástica. Fue clave para mantener los reinos y el principado de la Corona unidos y para continuar su desarrollo. Sin embargo fue también una inflexión en la hasta entonces complicidad entre el conde y rey y los catalanes, donde las pesquisas del Papa Luna y la ausencia de compromisarios mallorquines, unido a la complicidad aragonesa con el infante de Castilla y la división interna en Catalunya y Valencia, determinaron el fin del Casal de Barcelona en la Corona de Aragón.

Tras más de cinco siglos de continuidad de padre a hijo de condes de Barcelona (878-1410), reyes de Aragón desde 1164, la dinastía de Aragón se desvinculaba en parte de este vínculo. Sin embargo, es conveniente resaltar que pese a la insistencia de la historiografía española en resaltar la castellanidad de Fernando, y su apellido Trastámara, es necesario aclarar que él y sus descendientes nunca usaron dicho apellido, siempre se utilizó de Aragón. Por otro lado, para comprender mejor su procedencia, es sugerente conocer que el primer Trastámara en el trono de Castilla y León fue su abuelo Enrique II, hijo bastardo de Alfonso XI que llegó al trono tras una guerra civil donde luchó con el apoyo del rey Pedro IV de Aragón. De hecho, durante los años 1382 y 1391 el condestable de Castilla, sobre quien recaía el mando supremo del ejército y quien era el máximo representante del rey en ausencia del mismo, fue en conde de Ribagorça, Alfonso de Aragón y de Foix, hijo de Joana de Foix y de Pere de Ribagorça, infante de Aragón con numerosos títulos e hijo del rey Jaume II el Just (1267-1327) y Blanca de Anjou.

1462-1472, la guerra civil catalana. El Principado de Catalunya desea escribir una nueva página en la historia de la Corona de Aragón

1472 Pragmática de Juan II BN
Pragmática de Juan II ordenando conservar los registros de los reyes intrusos. La justifica con una razón histórica: que las generaciones futuras sepan cómo se han comportado los tiranos. Barcelona, 30 de noviembre de 1472. Localización del documento y fuente de la imagen: Archivo Real de Barcelona, http://www.mcu.es/archivos/MC/ACA/ExpoPatronato/p_069.htm (consulta 30 Nov. 2013)

Las luchas entre la nobleza, el campesinado, las organizaciones gremiales, las instituciones catalanas y el monarca se sucedieron a lo largo de los siglos XIII, XIV y XV, y de hecho se han mantenido hasta la actualidad. Para comprenderlo mejor vale la pena recordar qué pasó en la llamada guerra civil catalana (1462-1472), una lucha que de hecho fue un pulso de Catalunya ante las pretensiones de Juan II de unir su segundo hijo, Fernando, con la corte castellana, el hijo de su segunda esposa, Juana Enríquez, en pleno fin del orden feudal.

Lo que empezó en 1461 con la llamada Capitulación de Vilafranca, una capitulación del Rey ante la Generalitat de Catalunya, acabó con la victoria del primero. En Vilafranca del Penedès las tropas de la Diputación del General de Catalunya forzaron la liberación del príncipe Carlos de Viana, legítimo heredero de la Corona de Aragón y del Reino de Navarra encarcelado por su padre Juan II, pero este episodio terminó con la muerte inesperada de Carlos de Viana en Barcelona, el mismo año, y se acusó de la muerte a su madrastra, la castellana Juana Enríquez. Se iniciaba así una guerra de poder en Catalunya que tuvo su fin con las Capitulaciones de Pedralbes en 1472, con el Rey restituido en Catalunya y tras un significativo sitio de la Ciudad Condal.

Se trataba de la primera vez que el propio monarca sitiaba la capital de Catalunya, Barcelona.

En 1464 Catalunya nombró rey al infante de Portugal, Pedro de Coímbra, nieto de Jaime de Urgel, el pretendiente a la Corona de raíz barcelonesa en el Compromiso de Caspe de 1412, pero murió en 1466. En su lugar coronaron a Renato, entonces conde de Provenza y duque de Anjou, pero pese a este intento de desvincular los el Principado de la Corona las cosas volvieron a su cauce.

En 1469 Fernando se casó con Isabel y fue nombrado rey de la Corona de Aragón en 1479, siendo ya rey de Castilla y León junto a Isabel desde 1474, que accedió también al poder tras una guerra civil castellana en la que desbancó a su tía Juana la Beltraneja, reina de Castilla y León y reina (consorte) de Portugal. Fue una intensa guerra civil en la que Portugal continuó su peculiar guerra a favor de Juana contra los ‘Reyes Católicos’ hasta 1479. La deslegitimación de Juana al trono de Castilla fue debida a la sospecha de que en realidad no era hija natural de Enrique IV.

CONTEXTO HISTÓRICO

En el siglo XV un cúmulo de hechos cambiaron estructuralmente la relación entre la sociedad catalana y el poder del monarca y la nobleza. Catalunya, Valencia y Mallorca vivían y trabajaban unidas para el comercio, el cultivo de las artes, la ciencia y el desarrollo social abiertas al mar y hermanadas por la lengua, los lazos culturales y por supuesto familiares; se cumplían todos los requisitos para poner fin al orden feudal. Una evolución que se tensó con dos hechos clave, los estragos de una peste persistente que sacudió especialmente el mundo rural y las todavía persistentes estrategias matrimoniales del orden monárquico establecido y sus vínculos de lealtad con la nobleza y la iglesia, una realidad que durante siglos sería la causa y efecto principal de los caminos erráticos de los estados y naciones de Europa. Y de su destino.

El infante Fernando de Aragón fue propuesto en matrimonio con Juana (la Beltraneja, heredera de la Corona de Castilla y León), pero Juana no aceptó y optó por unirse al rey de Portugal, ya que anteriormente la acusó de ser una hija ilegítima. La intención de Fernando y de su madre, castellana, era enlazarlo con la Corona de Castilla y León, y viendo que Juana se unía con el rey portugués cambió de estrategia. Se casó con Isabel y juntos desbancaron a Juana del trono de Castilla.

APUNTE

El 24 de agosto de 1461 el gran maestro de la lengua de Aragón (que incluía todos los reinos peninsulares) y castellano de Amposta, Pere Raimon Sacosta, fue elegido Gran Maestro de la Orden de San Juan. ([2]) Sin embargo:

  • El 23 de septiembre de 1461 muere Carlos de Viana en Barcelona.
  • En 1462 se inicia la “Guerra civil catalana”, y Catalunya nombra rey al Rey de Castilla.
  • En 1467 deja el cargo el gran maestro Pere Raimon Sacosta deja de ser gran maestro después de la muerte del condestable de Portugal, Pedro, en 1466.
  • En 1468 se acuerda la boda entre Isabel y Fernando.

Ahora bien, la historia oficial dice que la Lengua de Castilla se creó en 1462, al margen de la Lengua de Aragón, si bien hay fuentes que lo sitúan diez años más tarde, como un libro del siglo XIX titulado Historia de las ordenes de caballería y de las condecoraciones españolas, de 1864. ([3])

NOTA HISTÓRICA, ARAGÓN FUE LA DENOMINACIÓN DE LA PRINCIPAL ORDEN RELIGIOSA PAPAL PARA TODA LA PENÍNSULA, HASTA EL SIGLO XV

Hasta la segunda mitad del siglo XV el territorio peninsular, que incluía Portugal, León, Castilla, Navarra y los estados de la Corona de Aragón, a efectos del ámbito territorial de la Orden del Hospital, se llamaba “Lengua de Aragón”. Justo en el momento de unirse Isabel de Castilla y el infante Fernando de Aragón (los futuros “Reyes católicos”) se unían dos grandes coronas, pero se dividía la Lengua de Aragón en dos, ya que Portugal, Castilla y León pasarían a ser la Lengua de Castilla. Hasta entonces, la mayor dignidad peninsular recayó en el Gran Priorato de Catalunya. ¿Por qué se produjo esta división es un misterio, y qué pasó en los siglos posteriores también, pero está claro que Catalunya fue siempre fiel a la Orden del Hospital de San Juan, con la mirada puesta en Jerusalén, y que Castilla hizo su peculiar cruzada, pero peninsular.

LA HISTORIA OFICIAL SITÚA A CATALUNYA COMO DIGNIDAD PENINSULAR

La web oficial de la Orden de Malta en España (la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén), da indicios de una realidad que está fuera del consciente popular. Dice:

“En principio, la actividad de la Orden en España va a depender del Prior de Saint Gilles, en el sur de Francia, luego se irán creando los diversos prioratos, el primero de los cuales va a ser el de Castilla y León (1135) y luego el de Portugal (1140), mientras que las demás regiones peninsulares quedarán englobadas primero en la castellanía de Amposta, de la que luego se separaría Navarra, creando su propio priorato. Todos estos prioratos van a estar englobados al principio bajo la autoridad de un Gran Comendador de los cinco reinos de España (Aragón, Castilla, León, Navarra y Portugal) que va a representar a los sanjuanistas ante el Gran Maestre de la Orden. Sin embargo, a principios del siglo XIV, la dignidad de Gran Comendador, ya casi simbólica, va a dejar de cubrirse en la práctica. Todavía cien años después, el Gran Maestre designará Gran Comendador de España al prior de Cataluña, pero sin ninguna consecuencia práctica. El cargo va a quedar abolido en una asamblea hospitalaria celebrada en Avignon en 1356.” ([4])

En primer lugar, muestra mucho interés en negar el protagonismo catalán. En segundo lugar, resalta la creación de un priorato en Castilla y León, pero a la vez reconoce que la autoridad (siglos XIV – XV) de todos los reinos peninsulares residía en Catalunya. Lo que no dice, y esto es digno de resaltar, que esta zona (lengua) se llamase Lengua de Aragón hasta que se dividió en dos (la historia oficial dice en 1462 y la del libro referenciado antes en 1471, al final de la guerra Civil Catalana). Esto es muy significativo, porque la guerra civil catalana fue comandada por los Ferrer, los hermanos Ferrer que ocupaban la abadía de Montserrat (Antonio Pedro, del 1450 al 1471/1472) y el ejército catalán (Antiguo) respectivamente, y el sobrino de éstos, Pere Joan, que fue el General de 1462 hasta el 1471. Fue, por lo tanto, una guerra y una autoridad religiosa, en muchos sentidos, donde entraban en juego los intereses papales.

La presencia de la Corona de Aragón en Nápoles y en buena parte de las islas mediterráneas era entonces la principal empresa catalana en el mundo conocido. Cabe decir que Bernat I de Vilamarí defendió, con éxito, como Almirante de la Armada Real del Rey de Aragón, entonces Alfonso el Magnánimo, las tropas de la Orden del Hospital de San Juan (hoy Orden de Malta ), en 1450, ante el avance de los Otomanos, que acabarían ocupando Constantinopla y poniendo fin, de este modo, el Imperio Romano de Oriente en 1453.

Es decir, estos hechos sitúan a Catalunya muy cerca de los intereses papales y cristianos del siglo XV que se vieron ampliamente cuestionados desde el momento en que apareció un nuevo “actor”, la Santa Inquisición Española, resultado directo de la imposición de los “Reyes Católicos” en sus respectivos dominios.

La historia se escribió siguiendo las siguientes pautas:

  • En 1469 se casan Isabel y Fernando (primos segundos). Fernando es nombrado rey de Sicilia.
  • En 1472 Guiliano della Rovere (futuro papa Julio II (1506-13), enemigo declarado de los Borja de gran transcendencia histórica) sería el nuevo abad de Montserrat (1.472-1483). Los archivos del monasterio de esta época han desaparecido.
  • En 1475 Juan II acepta el nuevo abad de Montserrat.
  • 1475-1479 Guerra Civil Castellana. Desposesión del título de reina de Castilla (y de Portugal) a Juana la Beltraneja.
  • 1479. Fernando es nombrado rey de Aragón.
  • 1480-81. Se pone en funcionamiento la Santa Inquisición Española, iniciada como proyecto en 1477, en Sevilla (donde terminaría beneficiando la historia de la conquista de América).

1492, las Capitulaciones del Almirante don Cristóbal Colón, un pacto para un nuevo mundo, las Indias. Un proyecto constructivo ideado en Catalunya al modelo de la Corona de Aragón y la leyenda oscura de sus protagonistas

1492 Las Capitulaciones de Santa Fe BN
1492 “Capitulaciones del Almirante don Cristóbal Colón”. Localización del documento y fuente de la imagen: Archivo Real de Barcelona, http://www.mcu.es/archivos/CE/ExpoVisitVirtual/visitas/aragon/aragon.html (consulta 30 Nov. 2013)

Las ‘Capitulaciones’ se hicieron en 1492, antes del descubrimiento, y las firmó el secretario del rey Fernando el Católico, Joan de Coloma, registrándose en el Archivo Real de Barcelona. Se creaba de forma natural un nuevo reino, las Indias, tal y como se crearon los nuevos reinos de Valencia y de Mallorca en el siglo XIII. En 1493, tras ‘el descubrimiento’, se otorgaron los derechos del oficio de almirante, virrey y gobernador a Cristóbal Colón, títulos que no existían en el Reino de Castilla.

Por otro lado, en un documento del Archivo Real de Barcelona fechado en Tortosa el 4 de febrero de 1494 se detalla que la segunda expedición fue pagada por 166.000 sueldos barceloneses, por secretarios valencianos del Rey, mercaderes y ciudadanos barceloneses con nombres y apellidos. La historia de España se aferra a asegurar que los 1.500 expedicionarios que salieron de Barcelona eran en un 99% murcianos, gallegos, vascos, andaluces, extremeños, castellanos, gaditanos y leoneses. ([5])

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

Lo que acabó siendo una desenfrenada lucha por la conquista y evangelización del continente americano, que lanzó a media Europa a la colonización del mundo, fue en su concepción un proyecto al modo de la Corona de Aragón para crear un nuevo reino en la Corona. Ahora se sabe que la expedición de Colón no fue financiada con las joyas de la Reina Isabel de Castilla como se explicó durante siglos, hasta el siglo XX, sino que fue financiada desde la Corona de Aragón, probablemente por judíos, pese a que la historia no ha podido ocultar el hecho de que la notificación del descubrimiento se hiciera en Barcelona, en las Atarazanas Reales o en la Capilla de Santa Ágata, en el Palacio Real de Barcelona.

A lo largo de la historia se han labrado muchos oscuros sobre estos episodios y su protagonista. Colón firmaba en cartas como ‘Colom’ y ‘Almirant’, escribió cartas en catalán, y hay muchos documentos que apuntan a que los hermanos Pinzones eran en realidad catalanes, llamados Pinçó, entre muchas otras cosas que en las últimas décadas han salido a la luz. Pero Castilla borró su dignidad y su memoria hasta la extenuación, nadie sabe qué fue de sus descendientes, y el Vaticano, que en el siglo XIX pidió a todas las iglesias católicas que le entregaran toda la documentación de Colón para proceder a su canonización en 1892, nunca llegó a iniciar el proceso. En su Archivo, llamado históricamente de la Inquisición y desde 1965 de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se encuentra seguramente parte de este misterio. Existe, sin embargo, una carta que abre las puertas a múltiples interpretaciones, escrita por Cristóbal Colón en la dueña del príncipe don Juan de Castilla. Dice:

“Yo no soy el primer Almirante de mi familia; pónganme, pues, el nombre que quisieren, que al fin David, pues, sapientísimo, fué guarda de ovejas, y después hecho Rey de Jerusalem, y yo siervo soy de aquel mesmo Señor que le puso a él en tal estado” ([6])

Todavía hoy en día no se sabe a ciencia cierta dónde está enterrado Colón y, por si no fuera poco, no se descarta que fuera enterrado en la Catedral de Barcelona en 1516, ya que de todos los libros anuales de registro de la Catedral es el único que falta, aunque la historiografía oficial diga que murió en 1506; un documento prueba que en 1516 fue enterrado un ‘Colom’ en la catedral; qué Colom tuvo este honor? ([7])

En otro orden de cosas emparejadas, Bartolomé de las Casas, que conoció a Colón, firmaba como ‘Casaus’, un apellido catalán manipulado para la historia como su obra y la de sus contemporáneos. Unos datos que conviene investigar y sobre todo analizar públicamente, junto con la ya bastamente documentada catalanidad de los primeros expedicionarios del descubrimiento de América, todos ellos con una bibliografía castellana creada a posteriori y otra de catalana documentada y ligada a la historia de Catalunya, Valencia y Mallorca, entonces conocidos estados catalanes ligados por la identidad común; es decir, la lengua, la historia, la cultura y el comercio catalanes.

1495, se compilan las Constituciones de Catalunya. Orden y gobierno pactado en el Principado

1495 Constitucions de Catalunya BN
1495, ‘Constitucions i altres drets de Catalunya’, compilación de las Constituciones catalanas fruto de siglos de pactismo originado en el derecho consuetudinario catalán. Localización del documento y fuente de la imagen: Archivo Real de Barcelona, http://www.mcu.es/archivos/MC/ACA/ExpoPatronato/p_027a.htm (consulta 30 Nov. 2013)

El Reino de Aragón y el Reino de Valencia tenían fueros, derechos concedidos por el Rey, las Constituciones Catalanas eran derechos ‘pactados’, de acuerdo con los principios constitucionales nacidos de las cortes de 1283 y la Constitución de la Observancia de 1480.

Tras la guerra civil catalana y el ascenso al trono de castilla de Isabel, Fernando II, rey de Aragón en 1479, consolidó el ‘pactismo’ en Catalunya en las Cortes de Barcelona de 1480-1481, a través de la llamada Constitución de la Observancia, origen de las primeras constituciones compiladas. En ellas se establecía el principio de sumisión del poder real a las leyes de Catalunya y definía la Diputación del General y la Real Audiencia de Catalunya como a organismos encargados de velar por el orden constitucional del país.

CONTEXTO HISTÓRICO:

Paralelamente, con la Sentencia de Guadalupe de 1486, se limitaron los poderes de la nobleza en beneficio del campesinado, después de un siglo de enfrentamientos, que consiguió de este modo explotar sus producciones agrícolas, acumular propiedades y dar cuerpo a las masías. Con el paso de los años, y de los siglos, la explotación de sus recursos permitió que se dedicaran a actividades industriales, marítimas y comerciales, y que apareciese, en el siglo XIX, una poderosa burguesía catalana propietaria de un importante y estratégico patrimonio.

APRECIACIÓN HISTÓRICA

Hasta ese momento los tratos entre las coronas de Castilla y de Aragón fueron cordiales, pero con la apertura de las expediciones a las llamadas Indias, el descubierto continente americano, las luchas por su control y la autoridad del monarca cambiaron el concepto de “las Españas” y la naturaleza de su unión. También cambió la relación del monarca con el Principado de Catalunya, mientras las noblezas de las coronas de Aragón y de Castilla se unieron entre sí para la acumulación de poder y tierras. La compilación de las Constituciones Catalanas, juradas por todos los reyes hasta el siglo XVIII, eran la forma de dar valor y autoridad a la dignidad de Conde de Barcelona en la Corona de Aragón y más adelante en la Corona de España, el modo de preservar la figura del Principado de Catalunya y de garantizar así su buen gobierno y orden social, económico y cultural.

Sin embargo, el descubrimiento de América transformó la visión del futuro y propició una inflexión en el desarrollo social con el refuerzo del ejército, la nobleza y la iglesia al servicio de la monarquía. Resultado de ello el Consell de Cent, de Barcelona, la máxima organización política, social y económica no exenta de excesos y episodios conflictivos, se reforzó (aparentemente) con sectores privilegiados, con la incorporación de los ‘Caballeros’, el brazo menor de la nobleza, en su institución, junto con juristas y médicos, mediante una decisión unilateral tomada por Fernando II en 1493 que causó gran malestar en las ciudades catalanas, regidas también por consejos al modelo del Consell de Cent. Desde entonces los mercaderes y menestrales quedaron en minoría en el Consejo. En 1510 se equiparó la dignidad de los llamados ‘Ciutadans Honrats’ a los ‘Caballeros’, y en las Cortes de 1621 la nobleza también se incorporó en el Consell de Cent. En las Cortes de 1547, de 1585 y de 1599 se pidió reforzar el Consejo de los mercaderes y los menestrales para equipararlos a los estamentos privilegiados, ya que eran quienes realmente producían la riqueza que administraba la institución y fiscalizaba la monarquía, pero sin éxito. No fue hasta 1653, tras la ‘Guerra dels Segadors’ (1640-1652) que Felipe IV, con las instituciones catalanas ya ‘depuradas’, aceptó reforzar el Consejo con representantes del pueblo o gremio llamado ‘artistas y menestrales’, equiparando su presencia a la de los ‘Ciutadans Honrats’. ([8])

Empieza el siglo XVI, un nuevo continente con un descubridor y una corona borrados y apartados de la historia de América por parte de quien asegura ser el protagonista, la Corona de Castilla

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1502 Planisferio de Cantino. Localización del mapa: Biblioteca Estense, Modena, Italia. Fuente de la imagen: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cantino_planisphere_(1502).jpg (consulta 30 Nov. 2013).

En el llamado Planisferio de Cantino se aprecian señeras en Cádiz, Canarias, Hispaniola, Maracaibo y Orinoco. ([9])

APRECIACIÓN HISTÓRICA

Los historiadores de España enfatizan el egoísmo de Cristóbal Colón -actualmente Televisión Española está rodando una serie que narra la vida de Isabel de Castilla y expone al Colón mezquino-, así como la decadencia catalana y de la Corona de Aragón en esa época, marcada por la Guerra Civil catalana y la peste, donde reinaba una cierta anarquía en el orden social.

Pero sin embargo esconden el hecho que Catalunya recibió un fuerte impulso demográfico de toda Occitania, que el bandolerismo era una consecuencia directa del tráfico de mercaderías con una nobleza muy cuestionada y debilitada en Catalunya, en fuerte tensión con las represalias de la Santa Inquisición, que a menudo los bandoleros eran contratados por los propios nobles y que, en Aragón, Catalunya, Valencia, Mallorca, Sicilia, Córcega y Nápoles había un potencial demográfico, un conocimiento del arte marítimo, un bagaje comercial y un desarrollo sociocultural de primer orden fundamental para dar los primeros pasos en la expansión a América y al resto del mundo.

¿Qué sentido tiene que los Reyes Católicos lo desaprovechasen, cuando precisamente labraron juntos el fin de la llamada ‘reconquista’ cristiana?

En 1511 el político, historiador y filósofo florentino Francesco Guicciardini escribió:

“Catalunya es nombrado principado y no reino. Tiene sus privilegios y leyes. El rey solo puede mandar los catalanes de acuerdo con estas leyes. Lo que, ciertamente, no he acabado de comprender es qué obtiene el rey de Catalunya.”

El mismo autor narró más tarde cómo, en los preámbulos de la Batalla de Lepanto (1571) en su paso por Barcelona, en las Atarazanas de Barcelona se estaban construyendo numerosas galeras al servicio del rey, con 36 de terminadas y otras 30 con el cuerpo completo. Del mismo modo, está documentado que durante este siglo y el siguiente la deforestación de los bosques catalanes fue una realidad, para la construcción de galeras. ([10])

1516, las llamadas ‘Indias de la mar Oceana’ se incorporan a la Corona de ‘las Españas’ (y Castilla) pero la historiografía española cuenta otra historia

1516 Testamento de Fernando el Católico BN
1516, detalle del Testamento de Fernando II el Católico, rey de Aragón. Localización del documento: Fundación Casa de Alba. Fuente de la imagen: Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid, http://biblioteca.ucm.es/blogs/Foliocomplutense/8013.php#.Up-GQeqA2Ul (consulta 30 Nov. 2013).

Recopilando la transcripción de la conferencia de Eva Sans en el 54 Congreso Internacional de Americanistas que tuvo lugar en Viena, Austria, en julio de 2012 ([11]):

Con el fallecimiento de la reina los propios castellanos reconocen a Fernando II en la provisión fechada en 20 de abril de 1505 durante las Cortes de Toro, y en donde se cita a su hija Juana de Aragón como: “Reina de Castilla, León, Granada, Toledo, Galicia, Sevilla, Córdoba, Murcia, Jaén, de los Algarbes, de Algeciras, de Gibraltar, y de las Islas de Canaria”. Observemos como en ningún momento, en esta provisión de las Cortes de Castilla, la ya reina Juana I está relacionada con las Indias. Si nos ceñimos a la legalidad de estas Cortes, lo que aprueban entra en contradicción con lo citado en el testamento de la reina Isabel -fallecida en 1504- en el cual se especifica que las Indias deberán ser adscritas a la Corona de Castilla. Sin embargo, en esta misma provisión de las Cortes de Toro de 1505, se reconoce a su padre Fernando de Aragón (el católico) como: “Rey de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalem, de Valencia, de Mallorca, de Cerdeña, de Córcega, Conde de Barcelona, Señor de las Indias de la mar Oceana, Duque de Atenas y Neopatria, Conde de Rossellón y Cerdaña, Marqués de Oristany y de Goziano”.

Con el análisis de lo expuesto y basándonos en la comparación de los documentos de las Cortes, jurídicamente legales, podemos llegar a la conclusión en primer lugar que la posesión de las Indias es exclusiva de Fernando el Católico, y que las mismas se encuentran entre los títulos pertenecientes a sus territorios naturales, es decir, a la Corona de Aragón.

Las citas aquí indicadas no enlazan con la historia oficial, y con el hecho de que el rey Fernando fuera mal recibido en Castilla -donde fue regente hasta su muerte- proclamase, en su testamento de fecha veintidós de enero de 1516, tal y como indica también Eva Sans, lo siguiente:

“Hacemos e instituimos [Juana su hija] heredera y sucesora nuestra universal en nuestros reynos de Aragón, Sicilia acà y allà del Faro, Jerusalén, Valencia, Mallorca, Cerdeña y Córcega, Condado de Barcelona, ducado de Atenas y Neopatria, Condado del Rosellon y de Cerdaña, marquesado de Oristan y condado de Goceano, y las islas adyacentes y en las ciudades de Bujia, Alger y Tripoli, y a la parte a Nos perteneciente a las Indias del Mar Oceano.”

Es sugerente como aparece la dignidad de rey de Jerusalén, un honor iniciado en la primera cruzada, y adquirido como rey de la Corona de Aragón (en 1505) cuando en su hija se proclamó nueva reina de Castilla, una vez muerta Isabel de la Católica (1504). Este elemento es muy importante, ya que este honor sería pactado con el Papa, una vez formalizado su matrimonio con Germana de Foix, a quien se restituyó esta dignidad. Estos factores sitúan el honor de las cruzadas de Jerusalén donde comenzaron, en Occitania, de donde salió el ejército más importante de la primera cruzada, a manos de Raimundo de San Gilles, conde de Tolosa y de Provenza, hermanastro del Conde de Barcelona Berenguer Ramón II, muerto en Jerusalén en aquella primera cruzada, el 1097.

En el testamento también se indicaba que debido a la demencia de la reina Juana su nieto Carlos de Gante sería designado gobernador general.

Es decir, según la historia oficial las Indias no se incorporan a Castilla hasta las primeras Cortes Castellanas convocadas a la llegada de Carlos I en 1518, momento en que los dominios de ambas Coronas, de Aragón y de Castilla, se unieron definitivamente, pero según la historiografía española normalizada por voluntad de los Reyes Católicos, la Corona de Castilla y León se quedó con todas las tierras conquistadas en América y la Corona de Aragón se quedaba con lo que ya tenía, las posesiones del Mediterráneo.

CONTEXTO HISTÓRICO

Para acabar de comprender este oscuro episodio es importante resaltar que Fernando II tuvo como principal valedor en Castilla al Cardenal Cisneros, quien lo apoyó en el momento en que Juana fue invalidada como reina, era franciscano Inquisidor general de Castilla. Cisneros fue el regente de Castilla tras la muerte de Felipe I de Habsburgo (1506), por la imposibilidad de gobernar de Juana ‘la loca’, hasta que la regencia recayó en Fernando el Católico. Del mismo modo, en 1516, tras la muerte de Fernando, Cisneros asumió de nuevo la regencia de Castilla a la espera de la llegada del nuevo rey, Carlos I.

Durante la regencia de Castilla Fernando tuvo un hijo con Germana de Foix, muerto poco después de nacer (1510), y que habría sido el legítimo heredero de la Corona de Aragón. Asimismo, realizó notables campañas en los dominios mediterráneos e invadió la Alta Navarra, la actual Navarra española, en 1512, con la autorización y bajo la acusación de herejía cátara.

Como curiosidad el Reino de Navarra perduró más allá de los Pirineos, manteniendo el Condado de Foix, de Bigorra y de Bearn, entre otras posesiones, y el actual País Vasco francés, y fue un rey navarro, Enrique III, quien acabó siendo rey de Francia y el primer Borbón después del fin de la dinastía Valois. Su hijo Luis XIII fue nombrado Conde de Barcelona en 1641 en el desafío catalán a la monarquía hispánica, su nieto Luis XIV, el ‘Rey Sol’ firmó el Tratado de los Pirineos (1659) con Felipe IV de España, donde se apropiaba del norte de Catalunya, y fue el nieto de Luis XIV, quien, tras la muerte de Carlos II de Habsburgo, pasaría a ser el primer Borbón de España, Felipe V.

Siglo XVI, la Corona de Aragón al servicio de España y sus monarcas, de sus intereses europeos y de sus intereses oceánicos. 1530 y 1588, dos fechas clave

1530 1588 Corona de Aragón con España BN
Arriba:
1530, “Siege of Florence”, de Giorgio Vasari de 1558. Sitio de Florencia, pacto del emperador Carlos V y el Papa Clemente VII (Giulio di Medici) en el Tratado de Barcelona. Localización del cuadro: Palazzo Vecchio, Firenze. Fuente de la imagen: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Siege_of_Florence.JPG (consulta 30 Nov. 2013).
Abajo:
1588, La ‘Invencible’ navegando en frente de Cornwall, de Nicolas Hilliard. Fuente de la imagen: http://www.inh.cat (consulta 30 Nov. 2013).

Después de la coronación del rey Carlos de Habsburgo, el Rey de Francia Francisco I se alió con el Papa y Florencia para contrarrestar el poder del emperador Carlos e intentar dominar el norte de Italia. Tras el Tratado de Barcelona (1529), firmado entre Carlos y el Papa tras la victoria del primero sobre Francisco I, Rey de Francia, en la batalla de Landriano (1529), el objetivo fue restaurar los Medici y derrocar la República de Florencia. En la imagen que conmemora la gesta se observan señeras por todos los campos, señal de la dignidad de la Corona de Aragón heredada del conde de Barcelona, tal y como pautó la tradición instituida.

Se trataba de unos dominios heredados por el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y de “las Españas”, y Carlos no dudó en utilizar la armada de la Corona de Aragón y su ejército, plenamente instalada desde hacía siglos en territorios italianos. Esta situación fue paralela al sitio de Viena de 1529 por parte de la invasión otomana a Europa central, una vez expulsada de Rodas (en 1522) la legendaria Orden del Hospital de San Juan (Bautista), donde se encontraba la flota “cristiana” más poderosa del Mediterráneo y heredera de las posesiones y la dignidad templaria. Desde 1536 se volvería a reorganizar, esta vez en Malta, territorio del Reino de Sicilia, de la Corona de Aragón. Desde entonces se los conoce como la Orden de Malta.

El norte de Italia estaba entonces ocupada por diversos ducados, repúblicas y los Estados Pontificios, en un frágil pero creativo equilibrio político, comercial, artístico y cultural de primer orden en Europa, en pleno pulso con la autoridad del Sacro Imperio Romano Germánico.

Esta situación se mantuvo en tensión a lo largo del siglo XVI, y a finales del siglo XVI las nuevas colonias y el control de las rutas marítimas oceánicas se encontraban gravemente amenazadas por la fuerza naval inglesa, que se disponía a desembarcar también a América y a competir abiertamente por su dominio.

Una flota cuatribarrada salió en defensa de los intereses de “las Españas”, una batalla perdida ante los deseos de expansión y prosperidad de otra nación, Inglaterra, mientras la explotación de América indujo mucha presión a la Monarquía y a la Iglesia Católica española para controlar sus gentes, y sus pueblos, mientras se alejaba de Europa. El apodo de ‘Armada Invencible’ fue un sarcasmo creado por los ingleses que se ha popularizado, mostrando así que el orden que el Papa y ‘las Españas’ se habían propuesto imponer en el nuevo continente podía ser vulnerado.

En la imagen las banderas con la señera son omnipresentes, pero la historiografía española especifica que la flota española estaba compuesta por una inmensa escuadra de navíos portugueses, castellanos, guipuzcoanos, andaluces, napolitanos, italianos, levantinos y mediterráneos.

APRECIACIÓN HISTÓRICA

La historiografía española asegura que tanto Carlos I (Rey entre 1516 y 1556 y Emperador entre 1520 y 1558) como Felipe II (Rey entre 1556 y 1598 y también de Portugal entre 1580 y 1598) labraron su expansión por América desde Castilla y para Castilla en base al testamento de los Reyes Católicos, que asegura donó todos los poderes sobre el resto del mundo oceánico a la corona castellana.

¿Tiene algún sentido que se antepusiera el derecho de una Corona a la voluntad de un Monarca para perpetuar su poder pudiendo utilizar para sus fines el dominio y la autoridad sobre todas las Coronas peninsulares?

Carlos I utilizó la armada de la Corona de Aragón para poner orden en el norte de la Península Itálica, cuando se trataba de unas tierras que le rendían vasallaje en calidad de Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y Felipe I utilizó la armada de la Corona de Aragón para defender sus colonias contra los ingleses.

No tiene sentido que desaprovechasen la fuerza y la larga tradición y autoridad de la armada de la Corona de Aragón para expandir su poder por América y el resto del mundo. Las anteriores imágenes son muy explícitas en este sentido.

Cambio de siglo, XVI-XVII. El borrado del protagonismo de la corona de Aragón en el primer siglo de la expansión por América, por parte de quien asegura ser el único protagonista, castilla

Documentos del siglo XVI e inicios del XVII. Símbolos de la Corona de Aragón mayoritarios en los mapas de la colonización de América, mientras que los de Castilla y León son minoritarios; se trata de una parte de la recopilación de mapas que un investigador catalán, Enric Guillot, ha hecho público en el libro Descubrimiento y conquista catalana de América, una historia reescrita por los castellanos ([12]). Se complementan con imágenes diversas publicadas en la Fundació d’Estudis Històrics de Catalunya, así como en la Fundació Institut Nova Història y otros.

Diferentes dibujos de españoles, europeos e indígenas americanos como aztecas y nanuas muestran la señera en la representación de la expansión por América, en dibujos y mapas del 1513, 1519, 1527, 1529, 1559, 1564 y 1579, que se encuentran en la New York Public Library, la Bibliothèque Nationale de France, la British Library de Londres, el National Maritime Museum de Greenwich (a Londres), la Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, la Benson Latin American Collection de la University of Texas, Austin, el Museo Nacional de Bellas Artes de Argentina e incluso la Biblioteca Nacional de España, en Madrid.

Los documentos aquí citados son una selección de una muestra mayor recopilada en el libro de Enric Guillot titulado Descubrimiento y conquista catalana de América, una historia reescrita por los castellanos, escrito en catalán, castellano e inglés y publicado en 2012.

El libro indicado también pone al descubierto numerosos mapas en que el paso de los siglos ha puesto de manifiesto que escudos con señeras fueron pintados con el color azul de la bandera castellana, así como copias de grabados antiguos donde se modificaron los símbolos de las barras de la Corona de Aragón por castillos.

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

En el año 1598 Antonio de Herrera presentó la obra Historia General de los Hechos de los Castellanos en las Islas y tierra firme del mar Océano, donde se asegura que los castellanos eran los únicos protagonistas de la gesta americana. Es la primera obra que describe el protagonismo exclusivo de Castilla en la Conquista de América pero, estos mapas, ponen al descubierto que algo sumamente importante en la historia de Castilla fue manipulado.

Por otra parte, se ha conseguido probar que Tirant lo Blanc, la obra maestra medieval de la corona de origen catalano-aragonés, fue escrita en catalán, y no en castellano como se aseguró durante casi cuatro siglos. Ya en el libro de El Quijote (1605) se afirma que Tirant lo Blanc fue de las pocas obras que consiguió librarse de la quema. De hecho, el borrado de la memoria y la dignidad de la Corona de Aragón es un hecho, como también lo es la del Principado de Catalunya y su condición de nación, y en interesantísimos estudios recientes se está reescribiendo parte de una historia que ahora aparece confusa, pero que en su momento no lo fue.

Los mapas hablan por sí solos y los documentos, en la actual era de la información, circulan sin barreras.

Siglo XVII, la Corona de Aragón se mantiene solo con sus estados peninsulares, mientras la monarquía española se debilita rápidamente por el afán de manipular una conquista bélica, religiosa y militar de unas tierras que multiplicaban exponencialmente el tamaño de los dominios peninsulares

Siglo XVII Estados, Monarquía e Iglesia BN
Arriba:
1653, Estados de la Corona de Aragón. Título: “Les estats de la Couronne d’Arragon en Espagne ou sont l’Arragon royaume, la Catalogne princip.te, la Valence royaume, et les Isles de Maiorque”. Localización del mapa y fuente de la imagen: Institut Cartogràfic de Catalunya (consulta 30 Nov. 2013).
Abajo a la izquierda:
1624, “El conde-duque de Olivares”, obra de Diego Velázquez. Localización del cuadro: Museo de Arte de Sao Paulo. Fuente de la imagen: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:El_conde-duque_de_Olivares,_by_Diego_Vel%C3%A1zquez.jpg (consulta 30 Nov. 2013).
Abajo a la derecha:
1683, “Auto da fe on Plaza Mayor, Madrid”. Localización del cuadro: Museo del Prado. Fuente de la imagen: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Francisco_Ricci_-_Auto_de_Fe_(1683).jpeg (consulta 30 Nov. 2013).

Las coronas italianas originadas en la Corona de Aragón (Córcega, Sicilia y Nápoles) se integraron al resto de territorios del norte de Italia adquiridos por la Monarquía Habsburgo en el ‘Consejo de Italia’. Es de resaltar como la Monarquía hispánica, tras la acumulación de territorios dispersos por medio de herencias y conquistas, desligó la estructura de la Corona de Aragón con el Consejo de Aragón y el Consejo de Italia. Pero también es remarcable que, según ‘El Gran Memorial’ de 1624 indicado, el mismo conde duque de Olivares manifestara que los títulos más dignos de los reinos peninsulares, aparte del Reino de Castilla –o mejor dicho Corona de Castilla y León- fuesen el de rey de Portugal, rey de Valencia, rey de Aragón y el de conde de Barcelona, manteniendo a su vez la naturaleza de los gobiernos de los estados de las coronas de España, que en 1580-1640 integraron también al Reino de Portugal.

CONTEXTO HISTÓRICO:

Mientras en España contener las tierras europeas y ensanchar el proyecto colonial y evangelizador del siglo XVI había sido el principal objeto de interés, en Europa se desarrollaba un humanismo renovador de los valores sociales y morales de la época, que llegaron a cuestionar el orden papal. Conviene recordar que uno de los lugares donde se dirigieron los judíos expulsados de España fue el centro de Europa y los Países Bajos. Erasmo de Rotterdam (1466-1536) y Joan Lluis Vives (1492-1540), valenciano, hicieron su obra en pleno Renacimiento en esos entornos. Martín Lutero colgó sus conocidas Indulgencias en las puertas de la Iglesia del Palacio de Witternberg en 1517, se iniciaba así la ‘Reforma Luterana’, conocida aquí como ‘Protestantismo’. Descartes (1596-1650), autor de la llamada ‘duda cartesiana’, “pienso, luego existo”, y Spinoza (1632-1677), filósofo de la religión por excelencia con su obra póstuma ÉTICA, fueron sucesores suyos, entre muchos otros.

Las consecuencias fueron evidentes, en 1556 Felipe II, hijo de Carlos V, no fue coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, en plena lucha entre el cisma ‘protestante’ (reformista) y católico (Carlos V fue el último emperador coronado por el Papa de Roma). Una de las consecuencias directas fue un nuevo rol para la iglesia en los territorios desvinculados del catolicismo papal, y nuevas autoridades sociales y económicas ocuparon su lugar, a diferencia de lo que ocurrió en ‘las Españas’. A mediados del siglo XVI (1535) en Inglaterra el Rey se coronó máxima autoridad religiosa, dando lugar al anglicanismo, en el centro y norte de Europa Calvinismo y Luteranismo se expandieron, y a punto estuvo Francia de incorporar un monarca anglicano.

Tras el Concilio de Trento (1545-1563) la Iglesia inició una ‘Contrareforma’ que desencadenó -o no pudo evitar- numerosas guerras ‘religiosas’ en Europa, mientras se instituía el confesionario, se transformaban las fiestas populares en fiestas religiosas, y se prohibía a los estudiantes de ‘las Españas’ a ir a estudiar al extranjero. Pero la lucha no fue sólo de poder y control, lo era sobre todo de prestigio, se trataba de una lucha con un fuerte carácter simbólico donde la ley de Dios tendía a confundirse con la ley del poder y la selección monárquica y religiosa inducida por sus líderes y protagonistas. Roma se monumentalizaba la basílica de San Pedro del Vaticano, terminada en 1626, en los alrededores de Madrid se levantaba el Real Monasterio del Escorial (1563-1584). En Europa se instauró el barroco, un arte y una monumentalidad decorativa y llena de alegorías cargadas de mensajes históricos, míticos y de grandeza. Un lenguaje cultural elitista que en España se mantendría hasta el siglo XX en especial en su corte principal y capital desde la venida del absolutismo Borbón, en el siglo XX. Madrid y su monumentalidad, sus excesos y su poder sólo puede comprenderse incorporando estas reflexiones. Seguramente, su mayor y más simbólica manifestación reciente es el monumento del Valle de los Caídos (1940-1958), situado también en el municipio madrileño de San Lorenzo del Escorial.

APRECIACIÓN HISTÓRICA

Ante un dominio de tierras altamente militarizado y en guerra abierta constante en diferentes frentes, con la implantación de un modelo de explotación de las tierras propias y de expolio de las colonias, se inició la decadencia de España, y la aceleración de una instigación por el poder que desde entonces ha desfigurado sus estructuras culturales, desorientado a su sociedad, y enfatizado una estructura jerárquica, hostil y desconfiada en sus instituciones y principales roles de poder, con un brazo eclesiástico rentista, rico y rígido, y una nobleza ávida de honores y privilegios. El hostigamiento de las colonias es un punto y aparte, un genocidio cultural y testimonio ahora vergonzoso de la esclavitud generalizada. El mismo conde duque de Olivares, en el ‘Gran Memorial’ indicado, afirmaba que,

“El brazo eclesiástico, que puede considerarse por la piedad de religión por el primero, llego a temer que es sin duda hoy el más poderoso en riqueza, rentas y posesiones”

y que,

“Los tres reinos de la Corona de Aragón llego a considerar por casi iguales entre sí en costumbres y fueros, y así en el modo de gobernarse aunque [=como] en la grandeza de sus términos, en la condición de sus vasallos y también en la nobleza. (…)

V.Majd. y todos los otros reyes y príncipes soberanos del mundo, poseen sus estados por tres títulos, sucesión, conquista o elección. Todos cuanto V.Majd. posee hoy, menos algunas pequeñas partes de que no parece necesario hacer mención, los posee V.Majd. por derecho sucesivo [=sucesorio]; sólo son conquistas el reino de Navarra y el imperio de las Indias. [Así] pues, ¿qué razón hay para que sean excluidos de ningún honor o privilegio destos reinos sino que gocen igualmente de los honores, oficios y confianzas que los nacidos en medio de Castilla y Andalucía, estos vasallos [Aragoneses], no siendo de conquista, título de menos confianza y seguridad, y que hayan de estar desposeídos destos privilegios aquellos naturales de reinos y provincias en que V.Majd. ha entrado a reinar con un derecho asentado y llano, y donde reinaron tantos ascendientes de V.Majd continuamente?”

Sin duda unas revelaciones muy clarificadoras. Pero pese a tan acertada reflexión su visión sobre el engrandecimiento del rey y del Estado, lejos de transformar la estructura jerárquica y privilegiada de unos pocos, lo enfatizaba. Dijo:

“Tenga V.Majd. por el negocio más importante de su Monarquía el hacerse rey de España; quiero decir, señor, que no se contente V.Majd. con ser rey de Portugal, de Aragón, de Valencia, conde de Barcelona, sino que trabaje y piense con consejo maduro y secreto por reducir estos reinos de que se compone España al estilo y leyes de Castilla (…) [Hay que] gobernar por compañías y consulados la mercancía de España, poniendo el hombro en reducir los españoles a mercaderes. Este es el camino, señor, que puede resucitar la Monarquía de V.Majd., y con gobernar bien éste se han hecho poderosos nuestros enemigos, conquistan con él el del mundo. (…) La despoblación grande que ha habido obliga a particular atención en la restauración deste daño, las colonias serían gran cosa, pudiéndose encaminar de italianos, alemanes y flamencos católicos obedientes; con esto y favorecer los matrimonios, privilegiar los casados, poner límite, el mayor que se pueda con entera seguridad de conciencia, en el números de religiosos, religiones y eclesiásticos, se podría ver sin mucha dilación la convalecencia deste daño.”

A lo largo de los siglos se constató que Iglesia y Monarquía acumularon grandes riquezas en España e utilizaron innobles represiones para preservar su poder y autoridad, mediante el ejército y la Inquisición, y repartiendo grandes privilegios para la nobleza castellana y andaluza, tal y como narró el Conde Duque de Olivares en 1624. Sin duda la distancia entre los designios del poder y la realidad del pueblo que regentaban se habían agrandado, después de siglos de constante lucha castellana, primero ante pueblos musulmanes y los propios vecinos cristianos, luego ante realidades más complejas, desde las históricas y avanzadas culturas europeas a las lejanas e incomprendidas culturas americanas.

Resultado de ello la desconfianza se implantó en la corte, la sospecha y los caminos estratégicos erráticos al margen de los valores acuñados en sus propias raíces, en la historia que les había otorgado poder y en la memoria de los pueblos con sus complejidades, espirituales y comunales, culturales. Un episodio clave para comprender esta inflexión es la expulsión de los moriscos en 1609-1610, que afectó sobre todo al Reino de Valencia, seguramente entonces el más rico de ‘las Españas’. Los moriscos solo se pudieron llevar lo que pudieran cargar en sus hombros y sin nada de oro o plata.

APUNTE HISTÓRICO:

En cualquier caso, lo que sí es objetivable es que a lo largo del siglo XVII y en el siglo XVIII el ocaso de la Corona de Aragón y sus estructuras institucionales en sus tres principales Estados, Aragón, Catalunya y Valencia, fue un hecho; que Castilla se hizo suya Andalucía y allí los privilegios de la nobleza, la Iglesia y de la Monarquía perduraron; que se implantó un orden colonial y rentista; y que el llamado “Siglo de Oro Español” solo se comprende castellano e históricamente se sitúa su origen en la “novela picaresca”, castellana.

En el resto de Europa el ‘humanismo’ daba lugar a un corriente filosófico de gran magnitud, abría sus puertas a la ciencia y el progreso político y mercantil se instituía como motor de la cultura y el gobierno de los estados.

1640-1659, la Catalunya social e institucional se alían contra la monarquía española mientras el orden europeo se renueva. Se inicia el acoso Borbón sobre los Habsburgo y el Principado es dividido

1640 1659 Guerra dels Segadors i Tractat dels Pirineus BN
Izquierda:
1640-1652, La ‘Guerra dels Segadors’, Catalunya se alza contra la Monarquía Hispánica levantando un Cristo como símbolo de su liberación. Fuente de la imagen: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Els_segadors.jpg?uselang=ca (consulta 30 Nov. 2013).
Derecha:
1659, Tratado de los Pirineos entre las Coronas de Francia y de España. Fuente de la imagen: http://www.pyreneescatalanes.free.fr (consulta 30 Nov. 2013).

1640, Catalunya se suma a la lucha contra los excesos de la monarquía hispánica. La opresión agita su pueblo y su gobierno, como lo hizo Portugal y la actual Holanda, que lograron independizarse.

La historia narra el inicio de la ‘Guerra dels Segadors’ en un jueves de Corpus, cuando el pueblo catalán alzó el Cristo de Sant Andreu de Palomar, en el llano barcelonés, como el impulso definitivo del hastío catalán que se sumó a las tensiones acumuladas durante décadas en sus instituciones por el mal gobierno del Monarca. Con una revuelta popular manifiesta que dejó Catalunya sin Virrey, Pau Claris, presidente de la Diputación (Generalitat) declaró la “República Libre Catalana” en 1641, bajo el protectorado del rey de Francia, Luis XIII, a quien se nombró conde de Barcelona.

Las causas de la ‘Guerra dels Segadors’ se deben enmarcar en el conjunto de luchas entre los Habsburgo y los Borbón franceses, que desde 1589 entraron al trono francés de la mano del rey de Navarra, casado con la hermana del rey francés saliente asesinado. Con la acumulación de poder y territorios fragmentados en los siglos XVI y XVII España se encontró a sí misma desbordada de una realidad a la que no podía atender. El resultado fue el debilitamiento del monarca y el hostigamiento de los territorios no castellanos tras una acelerada despoblación de Castilla y una intensa deforestación peninsular, la independencia de Portugal en 1640, la ‘Guerra dels Segadors’ en Catalunya también en 1640 y la aparición en el mapa europeo de las Diecisiete Provincias Unidas en 1648, la actual Holanda, con el fin de la Guerra de los ochenta años.

Los mandamientos del Rey, en el Principado de Catalunya, debían respetar los privilegios y leyes de sus históricas Constituciones, y en 1626 se convocaron las Cortes en Aragón, Valencia y Catalunya para reforzar la política militar de la monarquía, con resultados adversos. Los dos primeros, reinos, aceptaron la «Unión de Armas» acordando aportar importantes recursos al rey, pero en Catalunya no se pusieron de acuerdo. En 1632 el Rey volvió a Barcelona para intentar clausurar las Cortes, pero tampoco lo consiguió y ya en 1635 el conde duque de Olivares preparó un plan para convertir Catalunya en una plaza de armas de la Monarquía. Las consecuencias de tan ofensiva, obligando al reclutamiento de miles de soldados y al pago de los costes, junto con el bombardeo de las tropas de Felipe V a la ciudad catalana de Perpinyà en 1639, por negarse a abrirle las puertas, fueron el detonante de una larga historia todavía sin analizar debidamente.

1659, se firma el Tratado de los Pirineos. España y Francia pactan la división de Catalunya, tras décadas de guerra por el dominio en Europa, una pausa en un largo pulso que terminará con los Borbones en España.

Con el llamado Tratado de los Pirineos firmado entre España y Francia (1659), tras años de negociaciones y con el norte de Catalunya ocupada por los franceses, se delimitó la actual frontera hispano-francesa, y se dividió los destinos de la nación catalana a cambio de firmar la paz, donde Francia también obtenía Flandes y el Ducado de Luxemburgo. En las negociaciones Francia quería la Navarra hispánica, pero no pudo ser; el Rey de Francia lo era también de Navarra, de la ‘Baja Navarra’. Se pactó también el matrimonio entre la hija del rey hispano, María Teresa de Austria, y el rey de Francia, Luis XIV, y se sentaron de este modo las bases de los derechos de su nieto Felipe de Anjou sobre la Monarquía Española, la unión de dos monarquías unidas por la religión y su afán colonial históricamente enfrentadas.

El Tratado se ocultó a las Cortes catalanas hasta 1701, y de hecho hasta entrado el siglo XVIII no fue realmente efectivo al tratarse de unas décadas sumidas en un conflicto permanente.

El Tratado incluía preservar las instituciones catalanas y su gobierno, pero no se cumplió, al contrario, siguió con el acoso a Catalunya y al resto de frentes abiertos con los Habsburgo. En el año 1700 prohibió el uso de la lengua catalana en la región de Catalunya bajo su dominio, conocida como la Catalunya Nord.

CONTEXTO HISTÓRICO

Europa vivía sumida en una intensa guerra política y religiosa -catolicismo contra ‘protestantismo’- en gran medida protagonizada por distintos frentes abiertos entre las monarquías Habsburgo y el Borbón francés. La lucha terminó con el Tratado de Westfalia en 1648, y fue el inicio de la actual concepción de Estados-Nación europea. Aparecieron en el mapa las Diecisiete Provincias Unidas (actual Holanda) y Suiza; Catalunya no lo consiguió. Ya se había iniciado el camino de las fusiones de las Coronas de Aragón y Castilla, y este episodio precipitó los hechos hacia la actual España castellanizada y uniformizada.

En el seno del Sacro Imperio Romano Germánico las disputas entre su complejo equilibro de ciudades, regiones, lenguas, culturas e intereses comerciales se añadió el conflicto religioso. La llamada Guerra de los Treinta Años (1618-1648) acabaría por fragmentar el Imperio, presionado por Suecia y Francia, dando lugar a una confederación de estados que la historiografía común relata como el inicio de la moderna concepción de Estados-Nación de Europa.

La Paz de Westfalia, donde se desautorizó gran parte del poder del emperador, simboliza este hito.

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

Lo más significativo de estas reflexiones es mostrar que mientras en Europa se concibe la desautorización del emperador, ante sus estados, como el inicio de un nuevo orden europeo marcado por una confederación de múltiples estados en su seno central, las monarquías coloniales, de Inglaterra, Francia y España, tendían a todo lo contrario, a aglutinar sus territorios bajo su autoridad. Pero con una marcada diferencia, ya que en Inglaterra la Realeza labró su autoridad bajo un Parlamento plural y participativo que la mantuvo en contacto con su pueblo.

A través de esta secuencia de imágenes narradas, ya en este momento se puede comprender porque hasta mediados del siglo XVII la Corona de Aragón y Catalunya fueron partes esenciales e integrantes de la dignidad de España para ser, desde entonces, unas realidades marginadas, estigmatizadas, menospreciadas y vulneradas por la historiografía española.

Desde entonces España y Francia se han encargado de dignificar sus disputas y de distorsionar la memoria de Catalunya, y de la Corona de Aragón, empobreciendo su potencial y confundiendo su propia identidad.

1697, la Francia borbónica, de la mano del ‘Rey Sol’, Luis XIV, agrede Catalunya y Barcelona, mientras media Europa se alía para frenar sus ambiciones

1697 Setge Barcelona, de F Cànoves BN
“Sitio de Barcelona de 1697″por parte de las tropas borbónicas francesas de Luis XIV. Cuadro de F. Cànoves, libro ‘de passanties’, de 1699. Localización del cuadro: AHC Arxiu Històric de la Ciutat, Barcelona. Fuente de la imagen: artículo “El pactisme català després de la guerra dels Segadors”, de Eva Serra i Puig, de la enciclopedia Història, Política, Societat i cultura dels Països Catalans, de l’Enciclopèdia Catalana, 1997, Barcelona, pg. 389 Vol. 4.

Entre 1659 y 1697 hubo una guerra permanente en Catalunya por el avance francés. Entre 1673 y 1678 se producen continuos ataques a Figueres y al Empordà, el 1678 a Puigcerdà, el 1689 en Vic, el 1691 a la Seu d’Urgell, el 1694 a Girona, Palamós y Hostalric, hasta sitiar Barcelona el 1697. Las guerras provocaron grandes desajustes y conflictos, con numerosas revueltas populares en todo el Principado.

CONTEXTO HISTÓRICO:

El Reino de Francia se enfrentó a la Liga de Habsburgo, formada en 1689 por el Imperio Austríaco, Inglaterra, las Provincias Unidas de los Países Bajos (Holanda), España, Saboya y la Santa Sede en plena lucha por el control colonial y de Europa. Con la Corte Real en Madrid y una corona dispersa por media Europa y medio mundo las tropas de Luis XIV entraron por Catalunya hasta llegar a Barcelona, con un sangriento sitio con miles de bajas por ambos frentes, donde las ciudades costeras catalanas y valencianas fueron bombardeadas.

El duque de Vendôme llegó a jurar las Constituciones Catalanas en nombre del Rey, proclamando de nuevo al Rey de Francia como conde de Barcelona. Ahora bien, con el Tratado de Rijswijk, en 1697, se ponía fin a la lucha abierta de Europa ante el Borbón francés, que retiraba sus tropas y se reconocía de nuevo la nación catalana y los estados de la Corona de Aragón, estableciendo un nuevo reparto de posesiones. España recuperaba Luxemburgo y Catalunya, el Sacro Imperio Romano Germánico recuperaba Friburgo y Breisach, mientras que España entregaba la parte occidental de la isla de Santo Domingo a Francia (posterior Haití) e Inglaterra le devolvía a su vez Nueva Escocia, al este del actual Canadá; Estrasburgo se mantendría en Francia. Otra de las consecuencias del tratado de paz fue la posibilidad de Francia de acceder al trono de España tras la muerte de Carlos II, como así fue.

El triunfo Borbónico sobre España era casi un hecho consumado, y la previsible respuesta del resto de monarquías de Europa era una cuestión de tiempo.

APRECIACIÓN HISTÓRICA

Tras la muerte de Carlos II de España el nieto de Luis XIV, Felipe de Borbón, sería coronado Rey de España con las lógicas reticencias de los catalanes; otro Borbón juró de nuevo las Constituciones en Barcelona (Cortes de 1701-1702) y se iniciaba así una nueva guerra europea donde Catalunya y la Corona de Aragón defenderían la Monarquía Habsburgo de España, sus Fueros (Aragón y Valencia) y sus Constituciones (Catalunya) frente los Borbones.

1704 y 1706, dos compilaciones de las Constituciones catalanas firmadas por dos reyes en guerra. Catalunya se defiende ante el acoso Borbón francés e hispánico y opta por legitimar al pretendiente austríaco, con quien sí confía su lealtad y una gran alianza europea

1704-1706 Dos reyes, dos Constituciones BN
Izquierda:
1704, Compilación de las ‘Constitutions y Altres Drets de Cathalunya’, en virtud de las Cortes de Barcelona de 1701, firmadas por el rey Felipe V y escritas en catalán.
Derecha:
1706, Compilación de las ‘Constituciones, Capítulos y actos de la Corte’, en virtud de las Cortes de Barcelona de 1705, firmadas por el rey Carlos III y escritas en catalán.

El «pactismo» es la palabra que definía el sistema institucional y jurídico catalán en el que la ley emanada de las Cortes se pactaba con el rey, ley que estaba por encima del poder real y de sus funcionarios, establecida en los principios constitucionales nacidos de las Cortes de 1283, la Constitución de la Observancia de 1480 y la Constitución Poco Valdría de Monzón de 1533 (texto de Pep Cruanyes).

En 1701 se creó el «Tribunal de Contrafaccions», en línea de la Constitución de la Observancia, que establecía el sometimiento del rey a la observancia y cumplimiento de las Constituciones Catalanas. Estaba formado de manera paritaria entre los representantes del rey y los de la Conferencia de los Tres Comunes, una nueva entidad que reunía a los representantes del Consell de Cent, la Diputación del General y el Brazo Militar, representantes a su vez de la nobleza catalana, y se creó en 1701 tras la muerte de Carlos II de Habsburgo (1700) y las luchas entre españoles, ingleses y franceses, que competían por las colonias del mundo. Fue, en cierto modo, el primer Tribunal Constitucional de Europa. En 1704 se terminó la compilación del texto constitucional catalán. Pero no serían éstas las últimas constituciones catalanas.

Se celebraron unas nuevas Cortes en Barcelona, en 1705. El archiduque Carlos de Austria firmó las Constituciones de Catalunya y se proclamó Rey con el nombre de Carlos III de Habsburgo. En estas Cortes no se hizo caso del Tratado de los Pirineos, que cedía parte de Catalunya a Francia desde 1659. Delimitaron Catalunya al Norte por Salses y a poniente por el Cinca. Catalunya apostaba por otro modo de gobernar, al estilo de Inglaterra, Holanda y Austria, donde la Iglesia tenía menos autoridad, y donde la diplomacia, la ciencia y el comercio se erigían como motores del progreso.

CONTEXTO HISTÓRICO:

Tras la larga lucha europea que mantuvo todas las monarquías en guerra durante el siglo XVII, en el año 1701 se crea la ‘Gran Alianza de La Haya’, y estalla -diplomáticamente- la Guerra de Sucesión Española. El Imperio Austríaco, Inglaterra, Holanda, Portugal y Saboya se alían contra los Borbones para imponer el candidato austríaco, el archiduque Carlos de Austria.

Inglaterra lidera la guerra contra su eterno enemigo, Francia, que ahora imponía su dinastía en la Corona Española. Tras un intento fallido iniciado desde Portugal los hilos del poder y de la lucha de ideales llevaron a los ingleses a plantear a Catalunya un alzamiento contra los Borbones y a favor del archiduque Carlos de Austria. Convencer a los catalanes fue la clave para adentrarse en esta lucha junto a aragoneses y valencianos. Las tropas navales inglesas desembarcaron en Barcelona y la reina Ana de Inglaterra prometió defender y garantizar las Libertades y Privilegios de los catalanes en el pacto de Génova de 1705.

De este modo, en 1705, el Principado de Catalunya, y la Corona de Aragón, declaran la guerra a los Borbones apoyados por media Europa. En 1706 Carlos fue proclamado rey en Zaragoza.

UNA CITA:

“No será necesario en este tratado profundizar la historia para descubrir por qué medios el pueblo de Catalunya obtuvo sus privilegios originalmente. Solo conviene constatar que el Principado de Catalunya, desde su subyugación a la corona de España, cuando se convirtió en una parte de ese dominio, siempre ha estado gobernada por leyes propias, independientes de cualquier otro reino. Hasta ahora, sus privilegios han sido siempre conservados íntegramente y la más mínima aparente violación ha servido a menudo como motivo para que el pueblo se alzase en armas y solicitase ayuda del extranjero en su defensa.” ([13])

1713-1714, Catalunya, Mallorca y la Corona de Aragón peninsular que todavía resiste no aceptan los tratados de Utrecht y siguen la guerra contra los borbones

1713 Barcino Magna Parens i Fossar de les Moreres BN
Arriba:
1713-1714 “Barcino Magna Parens”, de J. Van Ghelen (Viennae) 1716, Bibliothèque Nationale de France. Fuente de la imagen: http://visualiseur.bnf.fr/CadresFenetre?O=IFN-8443952&M=imageseule (consulta 30 Nov. 2013).
Abajo:
Panorámica de la plaza del Fossar de les Moreres, junto la catedral de Santa Maria del Mar, en Barcelona. Autor de la fotografía: Andreu Marfull, 2013.

La imagen superior muestra los constantes bombardeos en el sitio de Barcelona de 1713-1714 por parte de más de 40.000 soldados borbónicos, 20.000 de Felipe V de España y 20.000 de Luis XIV de Francia, ante el ejército catalán, una vez firmado el Tratado de Utrecht y habiendo abandonado Barcelona el emperador Carlos de Austria. Dos años de guerra entre los catalanes y los borbones, con 6.800 bajas catalanas y 14.200 bajas de los reyes Borbón, que finalizó el 11 de septiembre de 1714.

La imagen inferior muestra una panorámica del actual ‘Fossar de les Moreres’, situado frente la Catedral de Santa María del Mar de Barcelona. En el “Fossar de les Moreres”, plaza situada en el foso de los muertos y fusilados por el sitio de Barcelona por parte de los soldados borbónicos, hace ya tres siglos, un monumento mantiene una llama encendida permanente en recuerdo del honor de sus combatientes. A sus pies figura un muro con la siguiente inscripción:

AL FOSSAR DE LES MORERES NO S’HI ENTERRA CAP TRAÏDOR, FINS PERDENT NOSTRES BANDERES, SERÀ L’URNA DE L’HONOR. ALS MÀRTIRS DE 1714.

CONTEXTO HISTÓRICO

La guerra se inició con una alianza internacional entre el Imperio Austríaco, Inglaterra, Holanda, Portugal y Saboya contra las pretensiones de los borbones, y finalmente se aliaron con Catalunya (Pacto de Génova, 1705) y con la Corona de Aragón para imponer el candidato austríaco, el archiduque Carlos de Austria, a la Corona de España. Sin embargo el coste de la guerra y la estrategia diplomática dictó el Tratado de Utrecht y el fin del conflicto internacional, y Catalunya y Mallorca quedaban solas ante los Borbón (Valencia y Aragón ya habían sido sometidos, casi del todo). Decidieron continuar la guerra por su cuenta, por defender sus Privilegios y Libertades que sabían que Luis XIV y Felipe V no respetarían. Barcelona resistió con la ayuda exterior de los mallorquines y el suministro de alimentos proveniente de Nápoles y Argelia. Tras la guerra se destruyó un 20% de la Ciudad Condal (Barcelona) para construir una ciudadela militar y durante más de un siglo no se le permitió crecer más allá de sus murallas (hasta 1853).

APRECIACIÓN HISTÓRICA: LA ‘DIADA NACIONAL DE CATALUNYA’ Y LA DEFENSA DEL HONOR DEL PUEBLO CATALÁN

La memoria cultural catalana arrastra demasiados fracasos para contener los anhelos del ‘unionismo español’ de control político, económico, cultural e institucional centralizado en Madrid. La ‘Diada Nacional de Catalunya’ conmemora cada 11 de septiembre la dignidad de los defensores de la nación catalana, de sus Constituciones, sus Instituciones y su Honor, la dignidad de su sociedad y su propia narración histórica.

UNA CITA

“La paz que se ha concluido entre todos los aliados y Francia, excluidos el emperador y el Imperio, ha privado este monarca de su dominio de España, y deja el pueblo catalán desamparado e indefenso [Tratado de Geertrujdenberg]. Las tropas que constituían su esperanza y soporte han sido retiradas, y los catalanes se encuentran abandonados a la merced de un monarca que se siente injuriado; se los fuerza a aceptar una amnistía para sus vidas y una dependencia de la voluntad de un príncipe que haría bien precaria la conservación de sus posesiones, libertades y privilegios.

Estas condiciones son vistas de forma tan desventajosa por los catalanes que, encendidos de resentimiento, recurren a las armas en defensa de su rey y de sus privilegios. Aceptar una amnistía sería como confesarse culpables de un delito, y los calificaría de rebeldes.

Esto no lo podían consentir nunca; la causa a que se habían adherido la creen legítima y justa; no se alzaron en armas como un acto de rebeldía, sino que lucharon en defensa de su rey; su rey, que los aliados, después, habían reconocido como tal y ahora lo han abandonado, dejando el pueblo catalán a la merced de aquel príncipe que antes tildaban de usurpador. (…)

Si los catalanes son rebeldes, nosotros somos las personas menos indicadas para nombrarlos así, ya que el hecho que este pueblo rechazase su obediencia al rey Felipe -pese a que ésta les fue impuesta por la fuerza- se debió principalmente a la persuasión que ejercimos nosotros sobre ellos porque la rechazasen. Las razones de estado que ahora nos obligan a abandonar los catalanes, no intentaré evaluarlas aquí; asimismo, las lamentables circunstancias en que se encuentra enredado este desdichado pueblo -en gran parte por culpa nuestra. suscitarían la compasión del más insensible de los corazones que no fuese carente de humanidad.

Ahora se encuentran asediados por todos los lados, amenazados de destrucción total, y parecen estar a punto de ser sacrificados al resentimiento de un príncipe enfurecido, sin esperanza salvo sus plegarias, y sin expectativas de ayuda, salvo del Cielo; tienen todas las vías obstruidas, y el emperador tiene demasiados cometidos en otros lugares para poderles prestar auxilio. Además, su antigua entrada desde Francia les ha sido completamente cortada. Por desgracia, los intereses de España y de Francia ya no van por caminos distintos; el rey francés, en lugar de favorecer los catalanes, como en guerras anteriores, se ha convertido en una barrera que les niega el acceso a todo tipo de socorro, y está dispuesto a unirse con el rey Felipe para obligarlos a someterse a un dominio tan arbitrario como el de Francia. Sospechan que Gran Bretaña ha renunciado a ayudarles, y no pueden esperar soporte de los holandeses, ya que aquel pueblo está envuelto en sus propios conflictos con España, y la signatura de la paz se va demorando a causa de un pretexto muy insignificante. De manera que, como ya he dicho antes, esta pobre gente, por lo visto, no tiene ninguna esperanza de socorro de ninguna potencia europea.

Pese a todo ello, parece que el coraje no les falla; confían en la justicia de su causa y piden ayuda al Cielo. Han alzado sus espadas y no las envainaran hasta que sus privilegios estés asegurados, dispuestos a morir defendiéndolos. Por temeraria que parezca esta resolución, se tiene que admitir que es magnífica y heroica. Qué importancia tiene la vida cuando no hay libertad? Sus antepasados les legaron enteros sus privilegios desde hace siglos. Es que ahora deben renunciar a ellos deshonorablemente, y deben dejar detrás de ellos una raza de esclavos? No, prefieren morir todos; o la muerte o la libertad, eso es su decidida elección.” ([14])

1714, Londres se avergüenza de haber abandonado la nación catalana ante los borbones, pero la Reina británica pacta con Felipe V y Luis XIV obtener el control de rutas comerciales y numerosas tierras, que pasan a manos británicas, entre ellas Gibraltar

1714 The Case of the Catalans BN
Izquierda:
‘The deplorable history of catalans’, publicado en Londres en 1714. Fuente de la imagen: http://qspace.library.queensu.ca/bitstream/1974/2508/1/deplorablehistor00londuoft.pdf (consulta 30 Nov. 2013).
Derecha:
‘The Case of the Catalans considerd.’, publicado en Londres en 1714. Fuente de la imagen: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Case-catalans-1714.jpg (consulta 30 Nov. 2013).

Estos dos libros denuncian el abandono de la Reina Ana de Inglaterra a la nación catalana por el Tratado de Utrecht, y no contiene las pragmáticas aportaciones que más adelante impulsaron a los mismos historiadores ingleses a relativizar su responsabilidad ante estos hechos. Esta formidable joya de la descripción de los hechos que acompañaron a las relaciones entre Inglaterra y Catalunya a principios del siglo XVIII, hasta la capitulación de los catalanes ante las tropas borbónicas, francesas y castellanas, expone de forma impecable un relato periodístico escrupulosamente documentado.

En el libro titulado ‘The deplorable history of de Catalans’ se expone como los hilos del poder y de la lucha de ideales llevaron a los ingleses a plantear a Catalunya un alzamiento contra los Borbones a favor de los que ellos, holandeses, portugueses, la casa de Saboya y la casa de Austria consideraban el legítimo heredero de la corona de España, el archiduque Carlos de Austria. Convencer a los catalanes fue la clave para adentrarse en esta lucha junto a aragoneses y valencianos. Ambos libros expresan el valor y la firmeza de los catalanes en defender las Libertades y Privilegios alcanzados desde tiempos inmemoriales, y repudian la actitud de la corona inglesa, después británica, al no poder y no saber garantizar los valores de los catalanes, los mismos valores que dignificaban el pueblo inglés, el cual desde entonces consideraban que dejaría de ser un pueblo digno de confianza. La reina Ana de Inglaterra exaltó Carlos de Austria y el Principado de Catalunya en su lucha por la defensa de un orden europeo más libre y equilibrado, y cuando vio los costes materiales y humanos que supuso, tras la derrota de Almansa ante las tropas borbónicas, y tras la muerte inesperada del emperador Romano Germánico José -que supuso la coronación de este imperio a su hermano Carlos- cambió de opinión traicionando los catalanes.

Del conjunto de documentos transcritos resalta la respuesta dirigida al rey y emperador Carlos de los representantes del Principado de Catalunya, el Consejo de Ciento, la Diputación y el Brazo Militar, conocidos como los Brazos de Catalunya, ante su decisión de garantizar y atender la evolución del proceso de paz iniciado en los congresos de Utrecht abandonando Barcelona. Dignificaron la decisión, pero no renunciaron a defender sus Derechos y Privilegios ante la desigual fuerza que los dejaba prácticamente solos ante los borbones franceses y castellanos reforzados con aquellos pactos. Sus palabras, dirigidas al que consideraban su legítimo conde y rey, fueron:

“Nos consideramos obligados a hacerlo por razón de nuestro deber para con Dios y para con su majestad, por la seguridad y tranquilidad de Europa, la libertad de España y la liberación de la nación catalana.” ([15])

Asimismo, le pidieron que, en aquellas negociaciones, si no podía mantenerse el trono de España en sus manos, se permitiera al Principado y sus provincias adyacentes mantenerse por separado. Fue un clamor de independencia, para seguir siendo una Nación, temerosa de las prácticas absolutistas de un monarca (Borbón) enfurecido.

APRECIACIÓN HISTÓRICA

Se trata de unas palabras inauditas en la historia de Europa, más cuando defendieron estos principios con sus propias vidas y el apoyo de la dignidad y autoridad de siete siglos de evolución y madurez. Unos hechos que el pueblo de Catalunya rememora con su fiesta nacional -de cada 11 de septiembre- y su himno -el Cant dels Segadors- el final y el principio de una sentida lucha ante la tiranía y el absolutismo monárquicos (1640-1714).

La reina Ana de Inglaterra había prometido defender y garantizar las Libertades y Privilegios de los catalanes en el pacto de Génova de 1705, si el Principado de Catalunya se sumaba a la guerra contra los Borbones. Con el Tratado de Utrecht se sellaron acuerdos comerciales, donde Inglaterra obtenía Gibraltar y Menorca de la “nueva” España, también Nueva Escocia, la bahía de Hudson y Terranova de Francia. Austria, las Provincias Unidas (Países Bajos) y la Casa de Saboya se repartían la totalidad de los territorios que la anterior «España» había acumulado en Europa, desmembrando la totalidad de la Corona de Aragón.

Actualmente, España sigue negando la transcendencia de este episodio para los catalanes, valencianos, mallorquines y aragoneses, dignificando las disputas de la monarquía borbónica, confundiendo la sociedad española, y negando la identidad y la verdadera historia de ese episodio y de la Nación catalana -el Principado de Catalunya- por no decir de España. Confundiendo así su propia identidad, forzando tensiones absurdas y empobreciendo nuestra capacidad de entendimiento y convivencia. Conduciendo la comunidad española a su desunión y su debilitamiento a favor del poder establecido, una situación que en Catalunya se expresa ahora con la demanda de la secesión de España, harta del ahogo moral, cultural, institucional y económico que le infringe.

APUNTE

Es de resaltar que mientras en Inglaterra hubo una discusión pública y se editaron libros que mostraban su disconformidad con la Reina, en España el camino fue totalmente distinto, con la imposición del Decreto de Nueva Planta que eliminaba las instituciones catalanas, con fuertes represiones y con un férreo control de la voz cultural catalana. Pero Inglaterra iniciaba otro camino, entre 1688 y 1727, los reinados de Guillermo, Jorge y Ana de Inglaterra, se publicaron opúsculos políticos en un momento de fuerte debate público entre el Parlamento y la sociedad, pero desde entonces los opúsculos dejaron de editarse, y con ello se distanció el Parlamento y el pueblo. El implacable colonialismo inglés también desautorizó voces y, en 1787, se creaban los Estados Unidos de América, todo un desafío al dominio inglés. En 1921 se independizó Irlanda del control también inglés (excepto el Ulster) y ahora, en 2014, parece que también Escocia está de camino. Cuando los intereses sólo económicos alían territorios pero el poder se concentra en sólo uno de ellos aparecen tensiones, divisiones y el orden cultural persiste en retornar las cosas a su sitio.

PARLAMENTO BRITÁNICO, AÑO 2010

Nueve diputados británicos firmaron, en el año 2010, una moción de apoyo al derecho de Catalunya a decidir su futuro y en contra de la sentencia del Estatuto del Tribunal Constitucional, donde se decía:

“Que esta Cámara observa que más de un millón de personas han participado en la manifestación del 10 de julio 2010 en Barcelona a favor de los derechos reales de Catalunya; se felicita por el continuado debate sobre la Constitución de Catalunya; cree que Catalunya es una Nación; reconoce que las consultas organizadas en favor de la independencia muestran una mayoría a favor; expresa preocupación porque la voluntad democrática del pueblo de Catalunya mostrada por referéndum de 2006 sobre el Estatuto de Autonomía ha sido violada por la justicia de Madrid en su dictamen de junio 2010; expresa una preocupación adicional porque futuros desarrollos constitucionales sufran recortes judiciales de organizaciones que no son neutrales o independientes en esta materia, y llama para que el Estatuto de 2006 se aplique tal como se ha votado en las urnas y porque los residentes de Catalunya puedan libremente determinar democráticamente su propio futuro”.

Fuente: Parlamento del Reino Unido -> Parliamentary business -> Publications and records -> Business papers -> House of Commons business papers -> 14th July 2010 Notices of Motions for which no days have been fixed («Early Day Motions») -> Motion 509: Catalan Statute of Autonomy. <http://www.publications.parliament.uk/pa/cm/cmedm/100714e01.htm&gt;. [Consulta: 11.11.2012].

UNA CITA:

“Es ridículo pensar que nuestros ministros sean guardianes tan ineptos del honor de nuestra nación; tuvimos en nuestras manos el poder de imponer cualquier condición que quisiésemos. ¿Abandonaremos un pueblo fiel, el único crimen del cual consiste en haberse adherido a nosotros? ¿Es que el vencido puede insistir en conseguir condiciones preferenciales para sus amigos, mientras que nosotros exponemos los nuestros con un destino fatídico? No puede ser; eso no puede pasar; la humanidad lo impide. ¿Tiene de ser sacrificado este pueblo al cólera de quien ahora es su rey? ¿No sería su sangre un monumento eterno a nuestra crueldad? Ya que es crueldad no salvarlo cuando lo podemos hacer, especialmente cuando la justicia, el honor, la misericordia y la compasión todas juntas claman reiteradamente a favor de la víctima propiciatoria. Todo esto toca el corazón de todo ciudadano británico generoso cuando considera el caso de los Catalanes.

Se acerca la catástrofe y la suerte de los catalanes se decidirá de aquí a pocos meses. Si, por la intercesión amistosa de la Gran Bretaña, este pueblo es salvado del actual e inminente peligro -que es lo que creo que pasará-, con cuánta razón se nos considerará para siempre como el ángel de la guarda de aquel pueblo rescatado, los descendientes del cual reverenciaran y veneraran el nombre de la Gran Bretaña, y todo el mundo nos aplaudirá merecidamente. Pero si lo hacemos al revés y aquel pueblo es abandonado y perdido, ¿no mereceremos la censura de todos como autores de su ruina? El término catalanes, no será sinónimo de nuestra deshonra? De otros pueblos, aleccionados con su ejemplo, rechazarán nuestra amistad; y cuando se mencione la suerte de los catalanes, ¿no se nos aplicarán con toda justicia las palabras del lema: Consigue tu objetivo y, a ellos, envíalos al diablo cuando ya no los necesites”.

(1714). The Case of the Catalans consider’d. London: J.Baker, pp. 31-32.

1716, Felipe V de Borbón acaba con las instituciones del Principado de Catalunya y del resto de Estados de la Corona de Aragón, y con siete siglos de orden constituido

1716 Real Cedula de Felipe V BN
1716, ‘Real Cédula’ de Felipe V aboliendo las instituciones que habían sido representativas del Principado de Catalunya, y abolición de siete siglos de orden constituido bajo la autoridad y dignidad de una Corona de estados. Localización del documento y fuente de la imagen: Archivo Real de Barcelona, http://www.mcu.es/archivos/MC/ACA/ExpoPatronato/p_073.htm (consulta 30 Nov. 2013)

Con los Decretos de Nueva Planta, Felipe V desautorizó toda posible revuelta de la Corona de Aragón centralizando todo el poder en la corte madrileña. La autoridad castellana, de la mano del nuevo rey Borbón, implantó el absolutismo monárquico en los Estados peninsulares de la disuelta Corona de Aragón bajo la autoridad de los Capitanes Generales del Ejército. Se iniciaba así un nuevo modelo político capitalizado en Madrid, las bases del actual Estado español.

El Decreto de Nueva Planta, ya puesto en práctica en Valencia y en Aragón, confirmaba lo siguiente:

  • Abolición de las Cortes, de la Generalitat (la Diputación del General) y del Consell de Cent.
  • Control absoluto del capitán general, el superintendente y la Real Audiencia.
  • Clausura de la Universitat de Barcelona y del resto de universidades catalanas y creación de una de nueva y controlada en Cervera. La universidad no volvió a la Ciudad Condal hasta 1842, tras el acuerdo de 1837.

Consecuencias de los Decretos de Nueva Planta:

  • En 1712 se creó la Biblioteca Nacional de España, con sede en Madrid, que recogió el conjunto de bibliotecas requisadas a los nobles de la Corona de Aragón.
  • En el año 1715 se creó la Real Academia Española de la Lengua, con sede en Madrid, con el propósito de unificar por todo el territorio español una única lengua, la castellana, dicha desde entonces española, al modelo francés.
  • Derribo de casi un barrio entero, la Ribera, el más dinámico de la Ciudad Condal, para construir una Ciudadela Militar. No se permitió a la ciudad crecer más allá de sus murallas, del siglo XIV, hasta 1854, cuando fueron derribadas como preámbulo del Plan del Eixample. Cada noche se cerraron las puertas de acceso a la ciudad.
  • En el año 1754 se cambió el nombre de Archivo Real de Barcelona, el archivo personal del rey de la corona de origen catalanoaragonés desde su creación en 1318, por el actual nombre de Archivo de la Corona de Aragón.
  • En el siglo XV la patrona espiritual que representaba España era la Virgen de Montserrat, la Moreneta, situada en Catalunya, pero a partir de 1739 lo fue la Virgen del Pilar de Zaragoza, convertida en Virgen de la Hispanidad. En 1506 el Papa Alejandro VI (Rodrigo de Borja) ordenó la construcción (en Roma) de Santa Maria in Monserrato degli Spagnoli, la Iglesia de Santa María de Montserrat de los Españoles, y es actualmente la iglesia nacional de España en Roma, aunque en 1881 el Papa León XIII la declarase patrona oficial de Catalunya. El motivo es que en 1807 se fusionó con las instituciones de la Iglesia de Santiago y San Ildefonso.
  • La actual bandera de España nació con el Real Decreto del 21 de mayo de 1785 con las franjas de colores amarillo y rojo de la Corona de Aragón.
    • Asimilando la bandera de España a los símbolos de la Corona de Aragón y situando como patrona de la hispanidad a la Virgen del Pilar de Zaragoza se hizo, de forma evidente, un gesto para “españolizar” la Corona sometida, humillada y mutilada, y alejarla de la catalanidad.
  • La serie de agravios a la lengua catalana son notorios, y se han mantenido a lo largo del tiempo hasta el día de hoy tal como se recoge en la propia Constitución Española actual y sobre todo tras la Sentencia 31/2010 del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía de Catalunya. El uso oficial del catalán desapareció desde los Decretos de Nueva Planta, pero desde entonces las prohibiciones continuaron en la escuela (1768 y 1825, en 1902, en 1923, en 1939…), los libros mercantiles (1772), los libros universitarios (1773), en el teatro (1801), y en el juzgado (1881).

APUNTE

La lengua catalana expresa la memoria del lenguaje que su cultura ha creado, y no hay duda de que la mejor manera de eliminar la identidad de un pueblo es atacando su lengua. Si además se elimina todo rastro del orden constituido en una nación, un orden que deben cumplir el conde y rey, sus funcionarios y su pueblo, se induce la selección cultural de la nación y cultura dominante y privilegiada (castellana), sobre el resto.

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

Es muy sugerente ver el doble camino que labró la historia de los Estados Monárquicos coloniales de España y Francia respecto la historia del colonialismo Inglés y el equilibrio político del centro de Europa.

Lo es más cuando desde éste punto de vista se contrasta lo siguiente:

  • Inglaterra y sus Colonias son ahora una compleja comunidad de Estados enlazados que han liderado el progreso económico y comercial, así como la defensa de las libertades y la democracia.
  • El centro de Europa fue el feudo del pensamiento filosófico moderno y donde se acumula la mayor diversidad de Estados, lenguas e historias complejas del continente.
  • El camino de Francia, que tras una monarquía absolutista totalmente alejada de su pueblo terminó con una revolución y una República, muestra que tras el episodio napoleónico ha tendido a ser una de las más uniformadas de Europa, con una lengua, una educación, una historia y una herencia colonial conflictiva, en gran medida.
  • La historiografía de España escrita después de la venida de los Borbones ha fomentado -y sigue haciéndolo a través de la conciencia cultural de su sociedad inducida- la lucha del pueblo catalán ante la autoridad centralizada, monárquica, militar y religiosa, también política, como una indecorosa carga estigmatizada.

También es muy sugerente comprobar hasta qué punto estas reflexiones enlazan directamente con el conflicto latente que mantuvo el Europa en tensión hasta las Guerras Mundiales del Siglo XX, el Fascismo, el Nazismo y el Franquismo.

UNA REFLEXIÓN

Es evidente que, con una perspectiva amplia, se observan las distintas visiones de la dignidad de los pueblos, del valor de la fuerza y la autoridad (moral, militar, monárquica, jerárquica), de la legalidad y de la legitimidad en función de la historia del poder establecido y perpetuado en cada lugar. Una reflexión que, desde un punto de vista de la conciencia común de la humanidad, sigue sin ser madurada debidamente.

La causa catalana no es un cuestión política, es nacional, es la lucha de la dignidad de una nación que se niega a estar subordinada a otra que atenta contra su vitalidad, consecuencia directa del mandamiento de un monarca que deshonró la corona, los reinos y el principado que lo dignificaron.

UNA CITA:

“En resumidas cuentas: en el momento en que desvinculamos la historia social de la guerra de la política y la diplomacia, vemos caer las barreras que impiden plantearse cuestiones éticas. Aun así, por extraño que parezca, se da de pronto un cambio de sentido sorprendente, un regreso a la política. Y es que los historiadores, movidos y, de hecho, liberados por necesidad de formular preguntas morales, pueden al fin proyectarlas contra la política; poner en tela de juicio las decisiones de arrogancia ciega, y someter a juicio sus acciones.” ([16])

1812, la Monarquía borbónica es vencida por Napoleón y los representantes de las ciudades de España redactan una Constitución, en Cádiz. Pero no se restituyen las estructuras de las coronas de España. La castellanidad y la monarquía prevalecen

1812 Constitucion de Cádiz BN
“Constitución Política de la Monarquía Española”, Constitución aprobada y publicada por las Cortes españolas reunidas en Cádiz. 19 de marzo 1812. Biblioteca, XLVII/1/8, portada, ejemplar depositado en el Archivo Real de Barcelona, llamada ya entonces Archivo de la Corona de Aragón. Fuente de la imagen: http://www.mcu.es/archivos/MC/ACA/ExpoPatronato/p_074.htm (consulta 30 Nov. 2013).

La primera constitución española fue concebida como una constitución monárquica y borbónica con el prestigio indiscutible para una Capital, una Lengua y una Nación, castellanas, colonialistas y elitistas.

Se redactó la conocida Constitución de 1812, llamada “La Pepa”, y los diputados catalanes y valencianos reclamaron las constituciones y los fueros abolidos por Felipe V, pero sin éxito. La Constitución suprimía la Inquisición y definía la separación de poderes limitando la autoridad del Rey, pero cuando Napoleón fracasó volvió Fernando VII de Borbón, quien derogó dicha Constitución y restableció la Inquisición en 1813, que “La Pepa” había disuelto. En 1820 la presión y la desestabilización en las colonias de España, que se independizaron en su mayoría en esos años, pusieron de nuevo la Constitución en su sitio y se puso fin, definitivamente, a la Santa Inquisición.

CONTEXTO HISTÓRICO

En unas Cortes celebradas durante la invasión y ocupación napoleónica de España, tras la Independencia de los Estados Unidos de América (1775-1783) -que habían redactado su primera constitución-, y tras la Revolución Francesa de 1789 -que eliminó los borbones del poder de Francia pero que acabó con los Bonaparte invadiendo media Europa- los diputados con voz en las cortes borbónicas (con ciudades de más de 50.000 habitantes) convocaron las Cortes en Cádiz sin la intervención del brazo eclesiástico y sin la nobleza.

APRECIACIÓN HISTÓRICA

Fue una desautorización de la monarquía, la nobleza y la iglesia española lo que propició las Cortes de Cádiz. Pero había cosas que no cambiaron. Fue nombrado presidente el catalán Ramón Llàtzer de Dou i de Bassols, proveniente de la Universidad borbónica de Cervera, a quien se le atribuye la frase “a Catalunya se la trata como provincia conquistada”.

1841, ¡abajo las murallas!. .. 1842, Barcelona, bombardeada de nuevo por el orden militar español. El pulso por un nuevo orden económico, político y social alentado por la industrialización desigual en España, en pleno declive colonial

1842 1843 Bombardeos en Barcelona BN
1842 y 1843, imágenes bombardeos a Barcelona por una revuelta civil, desde el Castillo de Montjuïc, y enfrentamientos en las calles.

En el año 1842 el regente de España ordenó bombardear Barcelona. Se lanzaron 1.014 proyectiles a la ciudad con 462 edificios destruidos o dañados.

En plena revolución liberal ante los últimos vestigios del absolutismo, España entró en una guerra que duró siete años, la llamada Primera Guerra Carlista (1833-1840), una guerra iniciada entre el pretendiente Carlos y su cuñada María Cristina de Borbón durante la minoría de edad de la reina Isabel II. Entre 1840 y 1843 fue regente de España el militar (general) y político español Baldomero Espartero, condecorado por su tarea en las contiendas del interior de España (fue condecorado con los títulos de Príncipe de Vergara, duque de la Victoria, duque de Morella, conde de Luchana y vizconde de Banderas).

En 1840 se exilió la reina regente María Cristina, en pleno alzamiento progresista y republicano, al negarse a aceptar Espartero como co-regente en unas Cortes maquinadas al respecto. La Reina había eliminado la Santa Inquisición, la Santa Hermandad (dando lugar a la Superintendencia General de Policía), y los Órdenes Religiosas (las dos primeros para siempre y las terceras sólo durante unos años). Dicen que se marchó dando una bofetada a Espartero.

En 1841 el Ayuntamiento de Barcelona convocó un concurso para promover el desarrollo de la ciudad, y el trabajo premiado fue a favor del doctor Pere Felip Monlau, titulado “¡Abajo las murallas! Memoria acerca de las ventajas que reportaría á Barcelona, y especialmente á su industria, la demolición de las murallas que circuyen la ciudad”. El impulso popular, motivado por los pronunciamientos moderados de diversas ciudades españolas, creó, en octubre de 1841 la Junta de Vigilancia de Barcelona, que se reservó poderes ejecutivos. Una de sus primeras decisiones fue iniciar el derribo de las murallas de la Ciudadela militar, y así se ejecutó, hasta que el general Espartero lo mandó parar. La revuelta civil estaba al caer.

El capitán general de Valencia y de Catalunya, Antonio van Halen y Sarti, impuso el estado de sitio en Barcelona, decretando la disolución del Ayuntamiento y la Diputación, y en pleno clima revolucionario tuvo lugar una revuelta civil en Barcelona que el general Espartero disolvió con un lamentable bombardeo desde el castillo de Montjuïc, en 1842. Las medidas dictadas tampoco hicieron el efecto esperado, y Espartero volvió a bombardear Barcelona el año siguiente, quedando absolutamente desautorizado. Del mismo modo tuvieron lugar bombardeos en los entornos de Barcelona, como ocurrió en Sant Andreu de Palomar, y en otras ciudades catalanas, siendo en Reus de gran consideración. El mismo 1843 Espartero dimitió como regente e huyó a Inglaterra.

Barcelona, una vez más, era bombardeada por su monarca, en este caso ‘regente’.

Isabel II, con solo 13 años, era proclamada Reina, en 1844 se fundaba la Guardia Civil y entre 1844 y 1854 Catalunya estuvo bajo el estado de excepción. Pese a todo, el derribo de las murallas era inminente, así se anunció en 1844 pero no fue hasta 1853 que se aprobó la orden ejecutiva de derribo de las murallas. El Ministerio de Guerra lo aplazó y, al final, tras 140 años, se abrían de este modo tan tenso las puertas de Barcelona a su Eixample, que Ildefons Cerdá proyectaría, en contra de la voluntad de Barcelona y en contra del proyecto premiado por el Ayuntamiento, en 1859, con la complicidad del Gobierno de España. Las murallas de la Ciudadela militar, sin embargo, no acordó derribarlas oficialmente hasta 1869.

En 1888 Barcelona celebró una Exposición Universal en los terrenos de la Ciudadela militar derribada, desde entonces un parque urbano (de la Ciutadella). Fue una simbólica exposición que mostraba la autoridad de la voz burguesa e industrial catalana con la mirada fijada en el desarrollo económico, cultural y emocional de la maltrecha Ciudad Condal.

CONTEXTO HISTÓRICO:

España acumulaba guerras internas y externas, con la pérdida de la mayor parte de sus colonias, mientras la industrialización se implantaba de forma muy desigual en España y la nueva clase obrera transformaba la sociedad, dando alas al republicanismo, que tardó años en implantarse por primera vez (1873-1874), sin éxito, tras un golpe militar y la restitución del rey Alfonso XII de Borbón (1874). Una restitución monárquica que a su vez puso fin a la tercera guerra civil española del siglo XIX.

BALANCE HISTÓRICO

En el siglo XIX hubo un Rey Bonaparte, un Rey Saboya, una República y tres guerras civiles; y España perdió todas las colonias americanas. Fue un siglo lleno de acontecimientos difíciles de sintetizar, pero de forma muy resumida se puede afirmar que el modelo colonial y monárquico dejó paso al modelo capitalista y social como nuevo orden en el que nuevas naciones y nuevos protagonistas ocuparon su lugar. Una compleja y profunda transformación del orden cultural y económico que agitó el progreso social, la libre competencia, los valores morales elitistas que glorificaban el pasado y unos ejércitos armados sobredimensionados, una realidad que acabó con el estallido del fascismo, dos guerras mundiales y en España con una tortuosa Guerra Civil tras múltiples intentos fallidos de hacer una transición pacífica a una democracia deliberativa.

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

Monarquía, Ejército e Iglesia se resistieron a perder su autoridad ante la dificultad de adaptarse a los nuevos patrones políticos, donde un nuevo orden, el Capital, en su lucha con el nuevo orden social, imponía y labraba nuevos valores, nuevos ideales y nuevas estructuras de poder.

A finales del siglo XX Ejército e Iglesia perdieron su autoridad política y social tras el desgaste y los excesos del Franquismo, pero la Monarquía sigue vigente, el Rey es el Jefe del Estado y Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, sin un debate público, sin una voz social que haya liderado sus designios. Y ahora, en el siglo XXI, con todo un pueblo, el catalán, en pleno pulso contra los poderes fácticos de España.

1850, España se concibe como un poder centralizado en una capital y docenas de provincias; Catalunya se divide en cuatro. El poder centralizado, el Estado español, se mantiene al dictado de su única capitalidad, Madrid

1850 Mapa España por provincias BN
1850, mapa político de España oficial, por provincias. Autor: V. Beckers.

Tras haber desmantelado las estructuras políticas e institucionales que labraron la unión de España siglos atrás, como acto de autoridad del primer Borbón hispano, un siglo más tarde se imponía una nueva estructura política formada por provincias, donde se mantenía el poder central y se consolidaba la fragmentación, mutilación, de las estructuras culturales arraigadas a las antiguas coronas y reinos de España, por supuesto en el Principado de Catalunya.

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

Este proyecto de Estado sigue manteniéndose a día de hoy en gran medida, ya que las diputaciones provinciales administran grandes sumas de dinero y acumulan notables competencias, actuando de forma descoordinada con las administraciones autonómicas.

En cambio en Madrid autonomía y provincia coinciden en una misma entidad político-administrativa y mantiene el seno de toda la estructura del Estado, compitiendo fiscal y políticamente con el resto de naciones y regiones de España, preservando la acumulación de poder y autoridad en las manos de sus élites tradicionales. Una realidad que ha condicionado su modelo de ciudad, el debate estratégico y sus prioridades, ante el lógico recelo del resto de naciones y regiones, en especial de Catalunya, con una realidad socioeconómica y unos intereses muy distintos, pero especialmente con una debilidad institucional muy marcada por una herencia de luchas y represalias singular en el seno de la actual España.

1909 – 1930, pulso económico, político, social y cultural en Catalunya. Pulso militar, monárquico y religioso en toda España. En 1914 se crea la ‘Mancomunitat de Catalunya’

1914 1930 Pulso social, cultural, militar y monárquico en Cataluña BN
Izquierda:
1909, iglesia quemada en Manresa, durante la ‘Setmana Tràgica’. Fuente: Arxiu Comarcal del Bages. Fuente de la imagen: http://www.memoria.cat/la-setmana-tr%C3%A0gica-manresa-en-imatges (consulta 30 nov. 2013).
Centro:
1923, portada del libro titulado ‘Mancomunitat de Catalunya. L’obra realitzada’, editado por ‘Palau de la Generalitat’ en 1923. Fuente de la imagen: http://www.todocoleccion.net/mancomunitat-catalunya-lobra-realitzada-1914-1923-bcn-agost-1923-23x14cm-218-p-11-p-fotos~x22801412 (consulta 30 nov. 2013).
Derecha:
‘El dictador y presidente del gobierno Miguel Primo de Rivera (derecha) con el Rey Alfonso XIII de España (izquierda). Localización en el Archivo Federal Alemán (German Federal Archive). Fuente de la imagen: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bundesarchiv_Bild_102-09411,_Primo_de_Rivera_und_der_K%C3%B6nig_von_Spanien.jpg (consulta 30 Nov. 2013).

A lo largo del siglo XIX y principios del XX Catalunya se reconstruyó, económica y simbólicamente, y se inició un fuerte sentimiento de catalanidad que desencadenó el inicio de los ‘Jocs Florals’ (1859-1992). En 1876 se constituía la ‘Associació Catalanista d’Excursions Científiques’, raíz del ‘Centre Excursionista de Catalunya’ fundado en 1890. En 1880 se creó el’ Primer Congrés Catalanista’, en 1887 la ‘Lliga de Catalunya’, en 1891 la ‘Unió Catalanista’ y después del desastre colonial de 1898 se fundó la ‘Lliga Regionalista’, que ganó las elecciones generales y provinciales de 1907 como Solidaritat Catalana (agrupando todos los partidos catalanistas). Enric Prat de la Riba fue así el presidente de la Diputación de Barcelona y con su impulso se creó el ‘Institut d’Estudis Catalans’ (1907), el ‘Institut del Teatre’ (1913) y la ‘Mancomunitat de Catalunya’ (1914), al modelo de la antigua Diputación del General, la Generalitat.

Su legado fue incuestionable. Bajo el impulso de la Mancomunitat se crearon y consolidaron numerosas instituciones culturales y científicas, como la ‘Biblioteca de Catalunya’, la ‘Escola Industrial’, la ‘Escola Superior de Belles Arts’, la ‘Escola Superior d’Alts Estudis Comercials’, la ‘Escola de Bibliotecàries’, la ‘Escola Superior d’Agricultura’, el ‘Consell d’Investigació Pedagògica’, la ‘Oficina d’Estudis Catalans’ o la ‘Escola del Treball’. El ‘Institut d’Estudis Catalans’, bajo el impulso de la Mancomunitat, promulgó las primeras Normas Ortográficas de la lengua catalana (1913), de Pompeu Fabra i Poch, la ‘Gramàtica catalana’ (1918) y el ‘Diccionari general de la llengua catalana’ (1932).

CONTEXTO HISTÓRICO:

La Cultura y la Economía se desarrollaron de forma paralela a un debate político que culminó con la implantación de la ‘Mancomunitat de Catalunya’ en 1914, con un fuerte e intenso debate sobre la identidad de España y la autoridad de sus poderes fácticos. Se cumplían dos siglos del sitio de Barcelona por parte de los Borbones y la Ciudad Condal abrió sus murallas, expandió su ‘Eixample’, y Catalunya volvía a tener una entidad política dejando de ser considerada institucionalmente como cuatro provincias más de España.

Sin embargo, al igual que en el resto de territorios donde la industrialización cambió de raíz la estructura social, se dieron importantes disturbios, atentados y fuertes movilizaciones obreras a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, con la aparición de los sindicatos y las posteriores patronales de empresarios. Unas luchas que tuvieron su colmatación en la conocida ‘Setmana Tràgica’ de 1909, donde tuvo lugar una revuelta civil contra el orden militar, burgués y eclesiástico, que reclutaba soldados para las guerras con Marruecos pero con la salvedad de que aquellos que pudieran pagar 6.000 reales, es decir la burguesía, se libraba de ir a filas. La Iglesia apoyó la decisión y fueron incendiadas en una semana casi la totalidad de las iglesias de la Ciudad Condal y en la mayor parte de ciudades catalanas. Una revuelta que terminó con una ofensiva militar, más de un centenar de muertos, numerosas detenciones y expulsiones fuera de Catalunya y 17 penas de muerte de las que 5 fueron aplicadas, en el Castillo de Montjuïc.

Desafortunadamente, para la historia de Catalunya, pese al progreso de su actividad política e institucional, con España todavía con importantes frentes abiertos en Marruecos y un gobierno muy inestable, con media Europa todavía recuperándose de la Primera Guerra Mundial, tuvo lugar otro golpe de Estado, a cargo del general Miguel Primo de Rivera, con el apoyo del monarca Alfonso XIII. Inicialmente la burguesía catalana lo apoyó viendo en él mayor control social, pero enseguida se vio su aversión a la catalanidad. El dictador disolvió la ‘Mancomunitat’ en 1925 así como la mayor parte de entidades e instituciones de vocación catalanista, que en ese momento lideraban la mayor parte del pulso social.

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

La emergencia del capitalismo y la industrialización dio alas a una sociedad articulada, de tradición manufacturera, con una nobleza muy debilitada y numerosas familias propietarias de grandes patrimonios. La burguesía catalana aprovechó la debilidad del gobierno español en sus tierras para iniciar allí una industrialización tardía pero que no fraguó en Castilla ni en Andalucía, por su tradición rentista y nobiliaria, basada en la explotación del prójimo, sin desarrollo tecnológico. Pero el pulso fue constante, y nuevos debates, protagonistas y horizontes asomaban en todo el Estado, inmerso en un irrevocable proceso de fragmentación y renovación incierta.

La transformación sociopolítica y económica no se daba del mismo modo en toda España, y el mismo pulso que hizo posible la creación de la ‘Mancomunitat’ propició también que en 1925 fuera disuelta por el dictador Primo de Rivera (1923-1930), el padre del fundador de la Falange (1934), José Antonio, que yace enterrado junto a Franco en el Valle de los Caídos. El pulso internacional debilitado y el auge del fascismo en Italia alimentaron tal giro. Sin embargo el pulso obtuvo nuevas fuerzas con la creciente desautorización de sus actos y el alza de los movimientos sociales organizados en Europa, mientras la economía capitalista sufría un duro golpe con el llamado ‘Crack del 29’. El 1930 fue el fin de la dictadura de Primo de Rivera, que murió el mismo año en el exilio; supuso también un nuevo exilio de la Monarquía y fue el preludio de la implantación de la II República Española, en 1931.

1923-1939 fracasa la dictadura militar apoyada por la Monarquía, el Rey se exilia y se implanta una República en España. Una fuerte tensión estatal e internacional impone cambios pero un nuevo golpe de Estado le pone fin

1934 Gobierno de la Generalitat de Cataluña encarcelado BN
Fotografía de 1934 del Presidente de la Generalitat de Catalunya y su Gobierno encarcelados por el Gobierno Republicano de España, entonces en manos de la CEDA, la Confederación Española de Derechas Autónomas. Fuente de la imagen: http://www.elsingulardigital.cat/cat/notices/2012/10/la_fundacio_francisco_franco_insta_rajoy_a_repetir_els_fets_d_octubre_90137.php (consulta 30 nov. 2013)

El Presidente de la Generalitat de Catalunya y su Gobierno fueron encarcelados por el Gobierno Republicano de España, entonces en manos de la CEDA -la Confederación Española de Derechas Autónomas-, una coalición de partidos de políticos de derechas fundada en 1933 alineado con las organizaciones católicas .

CONTEXTO HISTÓRICO

Tras los fracasos de numerosos gobiernos fallidos en Madrid tras el ‘desastre colonial’ (en plena I Guerra Mundial), España fue gobernada por una Dictadura (1923-1929, durante la dictadura celebrados en el exilio), que acabó mal y con el exilio del Rey Alfonso XIII. La implantación de la II República fue convulsa del mismo modo que lo fue en todas las monarquías de raíz conservadora. Catalunya vio en ella otra oportunidad y recobró la Generalitat en 1932, pero el debate estaba muy dividido en medio de una notable y lógica agitación social e institucional. En 1934 el presidente de la ‘Generalitat de Catalunya’ Lluís Companys proclamó el Estado Catalán en la República Federal Española, hecho que supuso su detención y la de todo su gobierno condenado a 40 años de reclusión mayor. Con el retorno del Frente Popular en el gobierno republicano (1936) fueron liberados, pero finalmente un Golpe de Estado militar apoyado por el nazismo y el fascismo italiano llevó a España a una Guerra Civil. Una vez terminada la guerra Luís Companys fue detenido en Francia por los nazis y entregado a Franco, quien lo hizo fusilar en 1940, en el Castillo de Montjuïc.

En 1936, tras el estallido del alzamiento militar en España, el fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, hijo primogénito del dictador, fue condenado por un tribunal popular y fusilado en manos de las tropas republicanas, mientras que el mismo día moría en combate el revolucionario anarquista José Buenaventura Durruti.

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

En España se implantó una República, un gran debate y una tensión inevitable que con el exilio de la Monarquía, los ataques a la Iglesia y la desautorización del Ejército terminó con un golpe de Estado militar apoyado por la Iglesia que sumiría España en una dictadura (1939-1975) tras una cruda Guerra Civil (1936-1939). En España la dictadura y el Nacional-Catolicismo reintrodujeron la Monarquía en 1975, hasta la actualidad. Una historia paralela a la del acoso al poder militar, religioso y monárquico que caracterizó a media Europa muy especialmente en las primeras décadas del siglo XX.

Franco, Hitler y Mussolini, unidos por el ansia de poder y el fanatismo ideológico contra las revoluciones sociales y morales, bajo la bendición de la Iglesia Católica Española y con el poder de sus ejércitos

1937 Franco Hitler Mussolini y la Iglesia Católica BN
1936-1945, conjunto de imágenes representativas de la alianza del General Franco con el fascismo alemán e italiano y con la Iglesia Católica española, así como su malentendida devoción religiosa.

A principios del siglo XX Europa vivía sumida en una época de consolidación del fin del colonialismo y del desarrollo tecnológico y científico juntamente con una herencia militar -sobredimensionada- por la lucha de poder y la insistente dignificación de los Estados y la memoria de sus fastuosos Imperios del pasado. Una lucha que acabó con una Guerra Mundial y con toda Europa militarizada mientras una modernidad acelerada tendía a fragmentar los valores imperantes. Este fue un caldo de cultivo que supuso una inflexión en la historia de los gobiernos y el poder ante sus pueblos, también entre las naciones del mundo, que en España acabó con un ejército dictando los designios de España, banalizando su propia cultura y reinstaurando la monarquía con el brazo moral indisociable de la Iglesia Católica, durante casi todo el siglo XX, abusando de su poder bélico y autoritario.

La Iglesia Católica apoyó y bendijo el alzamiento y golpe de Estado del General Franco, y la Dictadura, quien se proclamaría “Caudillo de España por la Gracia de Dios”.

Barbarie fascista, delirios militares y de grandeza, que soñaba en exterminar las resistencias culturales a la españolización castellana en nombre de España y de Dios. La Iglesia Católica, acosada y en parte perseguida por los republicanos, apoyó y bendijo el alzamiento de Franco, y la Dictadura. Era el Nacional-Catolicismo. En 1937 los obispos de España redactaron una Carta colectiva dedicada a la opinión cristiana de todo el mundo, donde justificaban la Guerra Civil y su causa. Decían:

“Los pueblos católicos sobresalen por la hermandad y humanidad reflejada en todos sus actos. Los Obispos son en definitiva los representantes de Dios para dirigir en los grandes acontecimientos el criterio de las masas católicas. Nuestro país tiene que escribir esta página de la historia en que se debaten no solamente un sentido político que abarcaría únicamente nuestras fronteras, sino que se ventilan asuntos e intereses por un lado y espiritualidad y humanidad por otro. (…) En definitiva, la misma lucha que en todos los países, pero nosotros vemos con dolor la marcha de los acontecimientos, que a pesar de haber progresado de día en día se nota aún con desconcertante insistencia el grado de desconocimiento de lo que pasa en España. La opinión internacional no sabe en definitiva porque hacemos nosotros esta guerra, mientras que por otro lado intereses políticos y sociales llevan a cabo una acción constante de ayuda a las organizaciones rojas.” (Fuente, archivo familiar)

En pleno Holocausto nazi, en 1940 y en 1942, Hitler mandó investigar si en el Monasterio de Montserrat se escondía la clave para dar con el Santo Grial, y de este modo hacer más poderoso el Tercer Reich. Quizás debería haber ido a Valencia, en la Catedral, donde se encuentra el Santo Cáliz que Martín I el Humano incorporó a su patrimonio a principios del siglo XV, y que, según indicó su procedencia (archivada en el Archivo Real de Barcelona, actualmente dicho Archivo de la Corona de Aragón), fue el que Jesús de Nazaret usó en la Santa Cena, que fue a parar a Roma y después, durante varios siglos, circuló por las tierras prepirenaicas de la Corona. En cualquier caso, está claro que detrás había una visión enfermiza del destino y de la selección cultural, donde el fascismo pretendía erigirse como fuerza natural de la humanidad, nada que ver con la dimensión espiritual del fin de la Edad Media, antes de la desautorización del Papa y del posterior orden colonial.

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

Años más tarde, en 2013, con la beatificación de más de 500 religiosos que murieron a causa de la guerra civil celebrada el primer domingo después del Día de la Hispanidad, que conmemora el Descubrimiento de América y su Evangelización, la Iglesia -la Conferencia Episcopal Española- asegura que “contribuyeron al amansamiento de los fuertes”, y que las víctimas murieron como “mártires, testigos heroicos de la fe y víctimas de la persecución religiosa de los años 30, cuando nuestra noble nación fue envuelta en la niebla diabólica de una ideología que se proponía el exterminio programado de la Iglesia”. Fuente de las citas: web de la Conferencia Episcopal Española. En línea: http://www.beatificacion2013.com/index.php/programa-oficial/203-actos-beatificacion/826-homilia-de-la-misa-de-beatificacion-del-ano-de-la-fe (consulta 30 nov. 2013).

1937, la Alemania nazi y el fascismo italiano bombardean indiscriminadamente Guernica, Barcelona y el levante peninsular. Delirios militares y desmedidos de grandeza e inmoralidad del poder

1937 1938 Bombardeos en Gernika y en Barcelona BN
Arriba:
‘Guernika’, 1937, de Pablo Picasso.
Abajo:
Bombardeos de la aviación italiana sobre la ciudad de Barcelona en 1938.

Gernika, la capital medieval de Euskadi y símbolo del nacionalismo vasco, fue destruida en 1937, una gesta fascista de la aviación alemana que Pablo Picasso inmortalizaría para la humanidad. En 1938 la aviación de Mussolini bombardea el levante peninsular, en especial las ciudades catalanas y Barcelona.

El impacto moral que supuso semejantes atrocidades pervive en el seno de la memoria de los pueblos vasco y catalán.

Las tropas republicanas defendieron sin tradición militar la ofensiva fascista con el apoyo de la Unión Soviética y el más que significativo contingente voluntario de casi 60.000 voluntarios procedentes de 54 países, sobre todo de Francia, Alemania, Bélgica, Italia, Rusia, Estados Unidos y el Reino Unido; las Brigadas Internacionales.

CONTEXTO INTERNACIONAL:

En 1914 empezó también la I Guerra Mundial, que puso fin a la monarquía constitucional alemana; en 1917 tuvo lugar la conocida Revolución Rusa, que puso fin al Zar; en 1922 se hizo un golpe de Estado en Italia que con la complicidad de la Monarquía implantó el fascismo, militar y monárquico, y vino Mussolini; la Monarquía Italiana fue abolida en 1946 en un referéndum tras el fin de la II Guerra Mundial.

Francia e Inglaterra, al igual que España, vivían una evidente crisis colonial; el capitalismo neoliberal generó los excesos que provocaron la llamada Gran Depresión de 1929, y en una Europa tensa, muy armada (pieza estratégica por un orden colonial), socialmente poderosa y concienciada, el régimen nazi, militar, se implantó en Alemania entre 1933 y 1945.

En 1929 se creó el actual estado independiente de la Ciudad del Vaticano, la herencia de los antiguos Estados Pontificios integrados a Italia tras su unificación de 1870. Una unificación que, por cierto, sólo fue posible con la invasión previa de los Estados Pontificios en 1860 por parte de Víctor Manuel de Saboya, uno de los beneficiados por los tratados de Utrecht de 1713-1715, que supusieron la mutilación y el fin de la dimensión estatal y nacional de la Nación catalana.

Grecia, también antigua monarquía, vivió su peculiar periplo con la implantación de la República en 1924, diversos golpes de Estado, una guerra abierta contra Italia y Alemania en la II Guerra Mundial, una guerra civil entre 1946-1949, entre comunistas y monárquicos; i en 1965 tuvo lugar otro golpe de Estado con el soporte de los Estados Unidos, que terminó con otro golpe de estado popular en 1973. En 1975 se abolió la monarquía mediante referéndum y se constituyó la actual república democrática griega.

Portugal en cambio empezó su peculiar revolución antes, con la proclamación de la República (1910-1926) y el fin anticipado de su monarquía, hasta que el golpe de Estado de 1926 impuso una Dictadura, que duró hasta 1974 con otro golpe de Estado militar pero que restableció de nuevo la República portuguesa.

1945, se fundan las Naciones Unidas, por la defensa pacífica de las naciones del mundo y para fomentar la libre determinación de los pueblos con medios pacíficos. Catalunya presenta una alegación, pero está bajo una dictadura y el ‘caudillo’ se alía con los Estados Unidos en su lucha contra el comunismo

1945 Fascismo y Naciones Unidas BN
Derecha:
1945 “The Case of Catalonia / Apppeal to the United Nations on Behalf of Catalonia. Catalan National Council”. Apelación del Consejo Nacional de Catalunya en la Conferencia Constitutiva de las Naciones Unidas.
Izquierda:
Portada de la Vanguardia de fecha 2 de abril de 1945, Celebración del VI aniversario de la liberación de Barcelona. Fuente de la imagen: http://catalunyaenlacalle.tumblr.com/page/2 (Consulta: 2014.02.03)

En 1945, en la asamblea constitutiva de las Naciones Unidas, en San Francisco, el pueblo catalán en el exilio presentó una alegación. El ‘Consell Nacional de Catalunya’ se creó en Londres en 1940 y suplió las tareas de la Generalitat de Catalunya en Francia, ocupada por los nazis. En San Francisco denunció el sometimiento del pueblo catalán al régimen fascista de Franco reclamando su estatus de Nación y su derecho a la libre determinación. Expresó que Catalunya ha sido una nacionalidad oprimida bajo la Monarquía, bajo la República Española y bajo Franco, ya que la opresión española persistía en su naturaleza, y que “ni Catalunya ni ninguna otra Nación puede esperar justicia de su propio opresor”.

El “Catalan National Council” se presenta en el nombre de Catalunya pero se especifica que forma parte de lo que ellos llaman la ‘Gran Catalunya’, que engloba también Valencia, las Islas Baleares y la Catalunya del Norte (ahora en Francia), unidos por la lengua, y por la historia. El documento fue autorizado por las entidades formadas por exiliados catalanes de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Uruguay, Venezuela, los Estados Unidos y la Gran Bretaña.

Durante el Franquismo, cada 2 de abril, un desfile militar conmemoraba su Victoria en Barcelona. Un desfile militar que se sigue exponiendo, en cierta forma, cada año, con con motivo de la Fiesta Nacional, de la Hispanidad, castellana. Al ejército español sólo hay una lengua permitida, oficial, el castellano, y Su Majestad el Rey es el Jefe Supremo, por precepto constitucional! (Artículo 62, de la Constitución Española).

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

Por qué el caso catalán se aplazó?

Se iniciaba una ‘Guerra Fría’, con media Europa divida y un mundo acosado por dos grandes potencias, los Estados Unidos y la URSS, que se proponían imponer su autoridad en el orden mundial. España se alió con los norteamericanos, su respeto por la religión y su vocación de control de los estados se unieron a su aversión al comunismo. El ‘nacionalcatolicismo franquista’ se normalizó con el bloque capitalista, y en 1948, después de un acercamiento entre la Santa Sede, la Orden de Malta y Francisco Franco, se acordó la reinstauración de la monarquía con la condición de que la educación del futuro Rey se hiciera a cargo del ideal del nacionalcatolicismo. En 1953 España se llenó de bases norteamericanas, en 1955 España entró a formar parte de las Naciones Unidas.

Ahora, en 2013, ante los deseos de España de poner fin al desorden cultural peninsular, con la reclamación de la soberanía de Gibraltar y la demanda de secesión del pueblo de Catalunya, España ha pedido pasar a formar parte del Consejo de Seguridad de la ONU.

Pero con la puerta abierta al capitalismo en España pasaron muchas más cosas. En 1958 se redactó, publicó e impuso la Ley de Principios del Movimiento Nacional (a modo de Constitución Española), mientras el Opus Dei creó IESE y los Jesuitas y empresarios creaban ESADE en Barcelona. En 1959 se impulsaba a su vez el Plan Nacional de Estabilización Económica mientras los estragos de la postguerra había ya iniciado un fuerte flujo demográfico del mundo rural a las grandes ciudades donde la gente huía de la miseria, y la miseria vino a las ciudades.

No hay ninguna duda de que la Guerra Civil y la decadencia económica española con la postguerra y el nuevo orden religioso-militar fue un desastre desde un punto de vista socioeconómico, y un grave problema político, pero con el impulso del orden político y económico internacional se recuperó.

El capitalismo, que en el siglo XIX puso a Catalunya al frente del debate y el progreso en España, volvió a emerger, pero ahora de un modo controlado desde Madrid. La burguesía catalana en buena medida se adaptó a ello, mientras la sociedad volvía a tejer sus relaciones; ahora con una población heterogénea que convivía en realidades sobrepuestas entonces muy diferenciadas, en especial en el extrarradio barcelonés. En Catalunya, con una población de 2,9 millones de personas en 1940, se pasó a tener una población de 5,9 millones de personas en 1980, en su mayoría resultado de la inmigración de otras zonas de España. Pero todo este colectivo vino sin una idea clara de donde iba, sin conocer el catalán, y se asentó de forma mayoritaria aislada en espacios periféricos a la actividad cultural catalana. Asimismo, y conviene decirlo, fue también protagonista del pulso catalán hacia la democracia, contra el franquismo. Parte de este colectivo ha tomado conciencia, actualmente, del valor de la catalanidad, de su capacidad de integración y de acogida, y del sentido del clamor secesionista catalán, tras dos o tres generaciones de convivencia.

1940-1958. Se construye el mausoleo del ‘Valle de los Caídos’. Un monumento al nacional-catolicismo a la altura de su mala conciencia

2012 Valle de los Caídos, fotografia de Jorge Díaz Bes BN
El Valle de los Caídos. Fotografía: Jorge Díaz Bes, 2012. Fuente de la imagen: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Valle_de_los_caidos.jpg (consulta 30 Nov. 2013)

El ideólogo del nacional-catolicismo, del nacionalismo españolista moral o también llamado “Movimiento Nacional”, José Antonio Primo de Rivera, fundador de La Falange en 1933, yace hoy en día en el mayor monumento de España junto a su principal ejecutor, el “caudillo de España”, el dictador Francisco Franco Bahamonde, en el Valle de los Caídos, tutelados por una Abadía Benedictina situada en el municipio madrileño de El Escorial. Dentro de los ideales de La Falange se proponía la “concepción de un hombre nuevo portador de valores eternos y una justicia social que proporcione al hombre una vida digna y humana; todo esto, con un sentido de catolicidad”.

Es el mayor monumento de España y tiene levantada la mayor cruz del mundo, de 150 metros de altura. José Antonio era el hijo primogénito del anterior dictador, Miguel, que entre 1923 y 1930 dictó los designios de España tras el golpe de Estado que hizo como Capitán General de Catalunya y con la complicidad del rey Alfonso XIII de Borbón. En el Valle de los Caídos se encuentran los restos de unos 40.000 combatientes de la Guerra Civil que Franco mandó enterrar allí. En muchos casos se trata de cadáveres sustraídos de sus cementerios originales sin el consentimiento de sus familiares.

APRECIACIÓN HISTÓRICA

En 1963, el Abad de Montserrat, Aureli Maria Escarré i Jané, declaró su oposición abierta a la dictadura en una entrevista al diario francés Le Monde. Denunció el clima de guerra civil que se vivía en España, la defensa de la lengua catalana y pidió que el pueblo eligiese su gobierno. De un modo oculto a la sociedad fue obligado a renunciar a sus cargos y se exilió en un monasterio de la Lombardía.

El general Franco murió en 1975 y restituyó la figura del Rey en la persona de Juan Carlos, pero el ‘franquismo’ y sus ideales, asentados en el poder, gozaron de un privilegio que ha condicionado la transición a la democracia y la propia redacción de la Constitución Española, que como preámbulo legal incorporó una amnistía indefinida -hasta lo que la sociedad pueda tolerar- al régimen franquista (Ley 46/1977, de 15 de Octubre, de amnistía), donde quedaban amnistiados todos los actos de intencionalidad política anteriores al quince de diciembre de 1976. De este modo se amnistiaba también, en su condición moral, a la Iglesia Católica Española. La Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos sigue dignificando la Falange y el Dictador, cuya memoria sigue tutelando la Iglesia Católica Española.

1975-1977, acabada la dictadura aires de libertad asoman en Catalunya. Pero la Iglesia, el Ejército y la Monarquía mantienen su estatus

1975 1977 JURAMENTO DEL REY Y PRIMERA MANIFESTACIÓN A FAVOR DE LA AUTONOMÍA DE CATALUÑA BN
Izquierda:
Juramento del Rey Juan Carlos de 1975, dos días después de la muerte de Franco.
Derecha:
1977, 11 de septiembre. Manifestación a favor del Estatuto de Autonomía de Catalunya, bajo el lema: ‘Llibertat, Amnistia, Estatut d’Autonomia’.

Tras la muerte de Franco y el fin de su dictadura el Rey Juan Carlos, educado en el entorno franquista, fue proclamado Rey (reinstaurando así los Borbones en España), quien inició los pasos para democratizar España con el apoyo de la sociedad y la esperanza de los catalanes, protagonistas de la resistencia al franquismo.

El 11 de septiembre de 1977 se organizó una marcha a favor del catalanismo con motivo ‘Diada Nacional de Catalunya’, una conmemoración que durante el franquismo se prohibió y que había sido restituida por la ‘Assemblea de Catalunya’ en 1976, en un acto masivo celebrado en Sant Boi de Llobregat. La marcha reivindicativa de 1977 era la primera vez que se celebraba en Barcelona desde la Guerra Civil. La ‘Assemblea de Catalunya’ fue una plataforma unitaria del antifranquismo que agrupaba la oposición catalana política y social contra la Dictadura.

El Presidente de la Generalitat en el exilio, Josep Tarradellas, tuvo que verla desde Francia. Su retorno tuvo lugar el 23 de octubre de 1977, tras el nombramiento provisional acordado por el presidente del Gobierno español Adolfo Suárez. Bajo su presidencia y con la gestión de doce consejeros se redactó el Estatuto de Autonomía de Catalunya de 1979, que fue aprobado mediante referéndum en 1980.

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

Juan Carlos, en ser proclamado Rey de España el 22 de noviembre de 1975, pronunció las siguientes palabras:

“Juro por Dios, y sobre los Santos Evangelios, cumplir y hacer cumplir las leyes fundamentales del Reino, y guardar lealtad a los principios que informan al “Movimiento Nacional”.

El Movimiento Nacional es la denominación del conjunto de fuerzas políticas que se adhirieron al alzamiento militar del 18 de julio de 1936, y posteriormente partido único del régimen franquista. En 1958, con la Ley Fundamental de Principios del Movimiento Nacional, se establecerían sus principios. Este fue el precio que tuvo que asumir para hacerse con el título de Rey, un precio que se trasladó también, en cierto modo, a la Constitución de 1978.

1978, se redacta la Constitución Española, un proyecto abierto pero con unos fundamentos blandos. España sigue sin poder hacer una sana revisión histórica de su memoria

1978 Portada de la Constitucion Española actual BN
1978, portada de la actual Constitución Española.

La actual Constitución Española refrendada en 1978 es monárquica y borbónica en su raíz, y mantiene el prestigio indiscutible para una Capital, una Lengua y una Nación (castellanas), así como bastantes interrogantes abiertos. La Constitución se redactó de forma ambigua e imprecisa para facilitar el inicio de los pasos a la democracia con la amnistía franquista y las incertezas que precedían al gobierno de España, dando lugar a un notable desarrollo de las autonomías pero con la incapacidad de hacer una revisión histórica y facilitar así la reconciliación entre los pueblos y naciones de España.

Con la Ley de Amnistía de 1977 y sin cambios significativos en el orden elitista y moral de España se mantienen las cúpulas militares, toda la estructura de oficiales y el gobierno franquista saliente tutela la redacción del texto constitucional.

APRECIACIÓN HISTÓRICA

España pactó una Constitución después de haber maltrecho su dinamismo intelectual, cultural y político, sin el compromiso o la complicidad sólida, los cimientos, que debe tener toda democracia, una realidad de excepcional importancia para el buen gobierno de estados plurinacionales, como lo es España. Oportunidades para labrar este déficit las ha habido, pero se han desaprovechado y descuidado por la ausencia de un debate maduro, abierto y cultural con su compleja sociedad. Por eso ahora el texto constitucional está claramente cuestionado, y en Catalunya esta realidad se enlaza con su deseo de ejercer un referéndum de autodeterminación.

APUNTE

España mantiene, desde entonces, parte de su memoria oculta por los poderes judiciales y el orden constitucional. Se oculta la memoria de los crímenes del franquismo, la memoria del abuso de la moralidad católica, y la memoria de los pueblos catalán y vasco, que no pueden escribir su propia historia, desde la voz conservadora y poderosa del control centralizado y elitista, afincado esencialmente en Madrid. Del mismo modo que se ha ocultado, durante siglos, los estragos del colonialismo español en medio mundo.

Por esto en España se insiste tanto en pensar en el futuro y dejar el pasado en el olvido, mientras la autoridad sigue sin tener el apoyo de la voz popular. Especialmente cuando el pasado es la voz de todo aquello que se ha silenciado y que perjudica, ostensiblemente, la dignidad y la moralidad del orden elitista, monárquico, católico, militar y conservador que mantiene los valores de la unidad de España.

2006, España entra en crisis. El poder jurídico, político y empresarial se alían en Madrid y el Partido Popular hace de la campaña contra el ‘Estatut d’Autonomia’ de Catalunya su principal lucha en la oposición. En 2009 la sociedad catalana se moviliza indignada, se pregunta si vale la pena formar parte de esta España

2009 Primer municipio de Cataluña que vota por iniciativa popular sobre la autodeterminación de Cataluña BN
2009, consulta popular en Arenys de Munt. Primer municipio de Catalunya que vota por iniciativa popular no vinculante por la autodeterminación de Catalunya.

Una iniciativa popular impulsada en el municipio de Arenys de Munt (2009) sobre la voluntad de sus ciudadanos respecto la independencia de Catalunya fue el inicio de una intensa movilización social, sobre su estatus de nación, después del acoso político y judicial sobre la constitucionalidad del Estatut d’Autonomia de Catalunya aprobado y refrendado en 2006.

El 26 de noviembre de 2009, ante el estancamiento de las deliberaciones del Tribunal Constitucional, doce diarios catalanes publicaron una edición conjunta bajo el lema La dignidad de Catalunya. Fueron La Vanguardia, El Periódico de Catalunya,Avui, El Punt, el Diari de Girona, el Diari de Tarragona, el Segre, La Mañana,Regió 7, El 9 Nou,el Diari de Sabadell y el Diari de Terrassa.

La iniciativa popular sobre el derecho de autodeterminación de Catalunya se extendió y fue seguida por 508 municipios catalanes, el último Barcelona, el 10 de abril de 2011. El sí ganó en un porcentaje superior al 90%.

Pregunta de la consulta:

“¿Està d’acord que Catalunya esdevingui un Estat de dret, independent, democràtic i social, integrat a la Unió Europea?”

CONTEXTO SOCIO-POLÍTICO

Tras una etapa de crecimiento económico especulativo acompañado de excesos políticos -como la participación de España en la Guerra de Irak- la pretensión del gobierno del Partido Popular fue la creación de un contrapoder estratégico europeo con la alianza entre España, Gran Bretaña y los E.U.A. Esta estrategia emergió junto con la expansión de la globalización económica y la transformación de las estructuras estatales de Europa que liberalizaron diversos sectores como las comunicaciones, la energía y la banca para ser más competitivos en el nuevo orden global capitalista que la tecnología, el fin de la Unión Soviética (1991) y la competencia continental impulsaban. Sin embargo la estrategia de los ‘populares’ se desvaneció con el atentado de Al-Qaida en Madrid (2003) y el retorno del PSOE al Gobierno Central.

Años más tarde, junto con la constatación de la acumulación del poder económico y financiero en la capital, Madrid -alimentado por grandes empresas multinacionales españolas creadas con la privatización de los servicios públicos-, la clase política mostraba sin ruborizarse su plena dedicación al sector privado con unos sueldos elevadísimos, en especial en dichas empresas, una vez terminada su carrera política.

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

Catalunya quiso invertir o compensar una estrategia de control político-financiero centralizada en Madrid que hacía años se tejía redactando un nuevo Estatuto de Autonomía (2006) que pretendía normalizar los avances del desarrollo autonómico y avanzar en la gestión de sectores e infraestructuras clave, pero el Partido Popular, sin fuerza política en Catalunya, lo impidió. En el año 2006 Catalunya aprueba un nuevo Estatuto y el Partido Popular, en la oposición, pese a su aprobación en las Cortes Generales de Madrid, presenta un recurso de inconstitucionalidad en el fundamento de su redactado junto con 4 millones de firmas acumuladas por España en una campaña sin parangón alentando la hostilidad hacia las pretensiones catalanas de dotar de prestigio a su lengua y a su condición de nación. Alimentando, de este modo, la catalanofobia y la desafección social catalana.

Los hechos anunciaban un retroceso en el autogobierno catalán, su potencial de desarrollo, y amenazaba el deseo de normalizar la lengua y cultura catalanas, como así ha sido. Se iniciaba una nueva conciencia de la catalanidad en un entorno democrático y con una sociedad informada, organizada y consciente de su situación.

2010, Catalunya muestra su indignación ante la justicia politizada de España y toma conciencia de su condición de nación

2010 Manifestación contra la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut de Autonomía de Cataluña BN
2010, 10 de julio. Manifestación contra la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía de Catalunya. Organiza: ÒMNIUM CULTURAL. Un millón de personas acuden a la manifestación. Lema: ‘Som una nació, nosaltres decidim”.

En la Sentencia 31/2010 del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía de Catalunya de 2006 se dictamina que Catalunya no es una nación, se pone fin a la normalización lingüística del catalán, se niega su prestigio oficial en Catalunya y se pone fin al proceso de desarrollo autonómico de España, que desde entonces no ha cesado de involucionar.

Diez días después del avance de la Sentencia sobre el ‘Estatut’ se organiza una manifestación para mostrar su rechazo. Es organizada por la entidad cultural ÒMNIUM CULTURAL, y se estima que hasta un millón de personas acuden a la manifestación junto con la práctica totalidad de partidos políticos de Catalunya.

Lema de la manifestación:

“Som una nació, nosaltres decidim”

CONTEXTO HISTÓRICO:

Justo en el momento en que el poder político y económico se asentaba en Madrid estallan dos burbujas, la inmobiliaria y la financiera, ambas vinculadas entre sí como resultado de unas prácticas especulativas mal o poco reguladas que ha mantenido de modo ficticio el crecimiento económico en España, que entra en una clara recesión sin un debate político honesto. El Partido Popular, gran responsable de esta situación con la liberalización del suelo en el mercado especulativo y las políticas de estímulo a la construcción y compra-venta de inmuebles, estaba fuera del gobierno de España desde el año 2004, y pensando en el retorno al poder aplica una política sin parangón contra los llamados ‘nacionalismos periféricos’, contra el Estatuto catalán y contra el Partido Socialista, aliándose con la moralidad católica en su causa contra el ‘libertinaje’ promovido por el gobierno socialista y con el uso y abuso de la retórica y la demagogia; una campaña que coincide en una etapa de baja intensidad del terrorismo etarra, que hace años que no actúa en Catalunya, y tras una dura persecución a la política vasca de raíz independentista.

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

El Partido Popular hizo del desprestigio de Catalunya (el Tripartito) y su Estatuto su arma de batalla en la oposición a José Luís Rodríguez Zapatero, aliándose con la moralidad católica española para desprestigiar su política de apertura a nuevos caminos hacia la tolerancia por la condición sexual y nuevos modelos de familia; del mismo modo hicieron del acoso al movimiento político de liberación vasco otra de sus insignias para alzarse con el poder político de España.

Se trata de una herramienta política claramente enlazada con los principios del “Movimiento Nacional”, del Franquismo unionista y moral, que usa la manipulación de la conciencia social española en beneficio propio, y lo hace cuando la sociedad espera todavía hacer una sana revisión histórica que, pese décadas de sistema democrático, ha sido imposible realizar debidamente.

2012, 11 de septiembre, Catalunya desea ser un Estado más de Europa y traslada su demanda al poder político para que inicie los trámites para realizar un referéndum de autodeterminación

2012 Manifestación con el lema 'Catalunya, nou Estat d'Europa' BN
2012, 11 de septiembre. Manifestación secesionista. Organiza: ASSEMBLEA NACIONAL CATALANA. Un millón y medio de personas acuden a la manifestación, de marcado carácter festivo. Lema: ‘Catalunya, nou Estat d’Europa’.

Tras la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el ‘Estatut’ y con el gobierno de España lastrado por un gran desprestigio -y con la sociedad aturdida por una crisis galopante y un debate político cargado de hipocresía- se constata el fin de la capacidad del modelo constitucional de encajar Catalunya en España, a la vez que aviva el acoso a la lengua catalana en las Islas Baleares y en la misma Catalunya amparándose en la discutida Sentencia del Tribunal Constitucional del año 2010, una decisión judicial para determinar una decisión política, nacional, donde las partes no han estado representadas a partes iguales.

La manifestación de la ‘Diada Nacional de Catalunya’ de 2012, organizada por la Assemblea Nacional Catalana, aglutinó un millón y medio de personas, con familias enteras y personas de muy distintas procedencias, representativas de la compleja y diversa sociedad catalana, también de raíz castellana. Asisten un millón y medio de personas.

Lema de la manifestación:

“Catalunya, nou Estat d’Europa”

CONTEXTO HISTÓRICO:

El Partido Popular volvió al Gobierno de España gracias al desgaste inducido de la catalanidad y del Partido Socialista -en especial en la persona del presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero- y con la ayuda de una campaña electoral prometiendo unas acciones políticas y sociales que no han cumplido.

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

Tras el desgaste del partido socialista y del ‘Tripartito’ catalán, en pleno declive socio-económico de España y tras un retorno al poder del Partido Popular cargado de demagogia, las consecuencias no se hacen esperar. Se genera una fractura entre España y Catalunya mostrando las raíces más oscuras de la autoridad elitista en España sobre su compleja sociedad.

La causa catalana actual es y ha sido desde el siglo XVII el camino de la dignidad de una comunión social de un pueblo ante una autoridad muy alejada y reiteradamente deslegitimada, más allá de la reclamación de la dignidad de su identidad y de los derechos históricos de la nación catalana. Una negación y una incomprensión que comparten en el fondo la derecha y la izquierda española, con la diferencia que los primeros tienen menos miramientos. Por eso la causa catalana es bilingüe, y multicultural, es una voluntad que abraza todos sus habitantes en la medida que toman conciencia de ello.

Tras décadas de convivencia y lenta pero constante integración con las fuertes oleadas de inmigración del resto de España, la sociedad catalana ha aprendido los beneficios de integrarse y respetarse, a sumar vivencias, a respetar y normalizar el uso oficial del catalán y a aprender a pulir la maltrecha historia común entre la catalanidad y la españolidad. Por eso la politización de la justicia con la sentencia del ‘Estatut’, la recentralización del Estado y el poder económico en Madrid, el acoso a la lengua catalana y la catalanidad dentro y fuera de Catalunya -y el auge del anticatalanismo- son vistos como un grave problema, del mismo modo que ocurre con la doble moral católica, unionista y alarmista de la Iglesia española.

Nadie quiere que se alimenten de nuevo conflictos culturales, diferencias, deslealtades y discriminaciones, en definitiva que nadie rompa todo aquello que nos une, y la sociedad catalana, esencialmente bilingüe y de raíces muy diversas, se une para combatir su dignidad, su patrimonio cultural y social, si es necesario con la secesión de España.

2013, 11 de septiembre, Catalunya muestra al mundo su capacidad y decisión en labrar un camino para su independencia

2013 Cadena humana desde Francia a Valencia recorriendo toda Cataluña, lema 'Via Catalana per la Independència' BN
2013, 11 de septiembre. Cadena humana desde Francia a Valencia recorriendo toda Catalunya para su independencia. Organiza: ASSEMBLEA NACIONAL CATALANA. Un millón y medio de personas acuden a la manifestación en cadena, en un acto perfectamente coordinado y preparado durante meses. Lema: ‘Via Catalana per la Independència’.

Cientos de miles de ciudadanos se dieron de la mano en Catalunya, desde El Pertús (Vallespir, Francia) a Vinaròs (Comunidad Valenciana), con un claro y sentido mensaje dirigido a España, a Europa y al Mundo para pedir ser consultada, enlazando simbólicamente los territorios hermanados culturalmente que las contingencias de la historia han dividido. Vallespir, junto con el Rosselló, Conflent, Capcir y media Cerdanya fueron tierras catalanas entregadas a Francia tras el Tratado de los Pirineos (1659), el desenlace de la llamada Guerra dels Segadors (1640-1652) y causa de la legitimidad a la herencia del trono de España de Felipe V. El actual mapa autonómico de España, la Constitución y la estigmatización de la catalanidad por parte del conservadurismo centralista español no reconoce la comunión cultural entre Catalunya, Valencia y Mallorca. Una expresión de la selección cultural arrogante en comparación con todos los esfuerzos que España dedica para unir cultural y simbólicamente todas las naciones unidas por la ‘hispanidad’.

El acto fue organizado (de nuevo) por la Assemblea Nacional Catalana y se estima que participaron en el acto un millón y medio de personas.

Lema de la manifestación en cadena:

“Via Catalana per la Independència”

CONTEXTO HISTÓRICO:

El ‘unionismo español’, encabezado por el Partido Popular y ahora acompañado de otras fuerzas políticas, con el apoyo de Su Majestad el Rey y con una intensa campaña de negación del derecho de los catalanes a elegir su futuro, ha conseguido que el clamor del pueblo de Catalunya de ser escuchado y respetado se convierta en un clamor a favor de la secesión de España. Este unionismo enfermizo niega por encima de todo su condición de nación, acusando a los partidos políticos catalanes de populistas y totalitaristas con el altavoz de los medios de comunicación estatales (banalizando el nazismo y el fascismo asimilándolo al catalanismo), fomentando así el anticatalanismo y forzando su autoridad por el uso y abuso de la ley y el poder,

APRECIACIÓN HISTÓRICA:

Resultado de ello, junto con la relajación de la memoria que no hace mucho conmocionó la sociedad española, el “españolismo unionista moral” -los ecos del antiguo “Movimiento Nacional”- se erige de nuevo como único portavoz legítimo de los designios y autoridad en España y asimila los “nacionalismos” (periféricos) a causas inmorales contra las que conviene combatir, con una deshonesta campaña de asimilación al fascismo. Dirigentes del Partido Popular y notables medios de comunicación estatales promueven esta tergiversación de la historia, asegurando, algunos de ellos, que la tensión social republicana y socialista de la II República fue la responsable de los dos millones de muertos de la Guerra Civil.

Es lamentable.

Parece que nadie se acuerda de que el fascismo fue obra de poderosos ejércitos obsesionados por el poder y que fueron las tropas fascistas de Franco, Mussolini y Hitler quienes asolaron de terror Catalunya y el País Vasco, Madrid y media España. Tampoco nadie se acuerda del fracaso de los principios del “Movimiento Nacional”, entre ellos la unidad nacional como Ley de Dios formulada por la Iglesia y el deber del Ejército de defender su unidad, principios claramente totalitarios –fascistas– y claramente antidemocráticos porque atentan contra la cultura y los pueblos que sustentan toda democracia.

La Monarquía española habla de concordia e hispanidad, el ‘unionismo español’ amenaza al pueblo de Catalunya y Catalunya sale de nuevo a la calle, el once de septiembre de 2014

2012 2013 La Monarquía ante la Causa Catalana BN
Izquierda:
2012, 18 de septiembre. Carta de SM el Rey, Fuente: web Casa Real, http://www.casareal.es/ES/FamiliaReal/rey/Paginas/rey_cartas_detalle.aspx?data=51 (consulta 30 Nov. 2013).
Derecha:
2013, 25 de octubre. Su Alteza Real el Príncipe Felipe en la entrega de los premios Príncipe de Asturias. Fuente: ABC.ES, http://www.abc.es/espana/20131027/abci-articulo-girauta-201310270229.html (consulta 30 Nov. 2013).

2012, 18 de septiembre, el Rey se pronuncia, pero no cierra el debate y alimenta el unionismo español

El Rey, en una carta abierta publicada a 18 de Septiembre de 2012, tras la clamorosa manifestación de Catalunya pidiendo la secesión de España que tuvo lugar una semana antes, declara que,

“No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia”

Pese al intento del Rey de calmar los ánimos de los catalanes lo único que provoca es la exaltación del ‘unionismo’ español.

2013, otoño, la Monarquía insiste en cerrar el debate soberanista a través de los símbolos de la hispanidad castellana con la figura del príncipe Felipe

El viernes 25 de octubre de 2013 se celebró la entrega de los premios ‘Príncipe de Asturias’, donde su Alteza Real el Príncipe Felipe resaltó el “esfuerzo colectivo”, la “capacidad de sacrificio fuera de toda duda” de los españoles y la “gran nación” que, ha apostillado, “vale la pena vivir, y querer y por la que merece la pena luchar”.

Con las palabras del Príncipe, añadidas a las pronunciadas el pasado 12 de octubre, día de la hispanidad (castellana), proclamando que “hoy es un día para celebrar lo que nos une, recordar nuestra historia milenaria y lo que se ha conseguido juntos”, es evidente que el príncipe heredero de la Corona de España, que ostenta el título de Príncipe de Asturias y el de Príncipe de Girona, el propio del heredero de la Corona de Aragón, no da valor al deseo y dignidad del pueblo y nación de Catalunya.

CONTEXTO INSTITUCIONAL:

La Fundación Príncipe de Asturias fue creada en Oviedo el 24 de septiembre de 1980 iniciada la democracia en España, y desde 1981 otorga los galardones de mayor prestigio que España concede. El Principado de Asturias fue el origen de Castilla y León, y de la actual España, pero no el origen de Catalunya ni de la Corona de Aragón desarticulada como agrupación pactada de estados en el siglo XVIII.

La Fiesta Nacional de España conmemora el Descubrimiento de América cada 12 de octubre, una fecha conocida como el Día de la hispanidad, en coincidencia con las celebraciones de la Patrona de la Hispanidad, la Virgen del Pilar de Zaragoza. Dicho acontecimiento se celebra cada año con un desfile de las Fuerzas Armadas en Madrid presidido por Su Majestad el Rey (este año ausente por motivos de salud) y simboliza la efemérides histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los Reinos de España en una misma Monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos.

(Nota: el texto citado corresponde a la exposición de motivos de la Ley 18/1987, de 7 de octubre, que establece el día de la Fiesta Nacional de España en el 12 de octubre)

El Himno Nacional de España es una marcha militar, sin letra.

2014. Manifestación catalana en Barcelona, bajo el lema “Ara és l’hora”

El once de Septiembre de 2014, una vez más, la sociedad civil catalana se ha organizado para manifestarse de forma elocuente ante la incapacidad del Estado español de dar una respuesta atenta a la voluntad catalana, una reflexión extensible a la actitud de Su Majestad, desde el pasado mes de Julio bajo la persona del (reciente) rey Felipe VI de Borbón. Esta vez la manifestación fue en la capital de Catalunya, Barcelona, y simbolizó una “V”, de votar, de victoria, de voluntad… ocupando la Gran Via de les Corts Catalanes y la Avinguda Diagonal, con los manifestantes representando las cuatro barras catalanas rojas sobre fondo amarillo. El acto fue organizado por la ‘Assemblea Nacional Catalana’ y ÒMNIUM CULTURAL, y se estima que participaron en el acto 1,8 millones de personas. El lema de la manifestación fue:

“Ara és l’hora”

CONTEXTO HISTÓRICO

Capitalizado el poder en Madrid, desde un punto de vista político, institucional, mediático, financiero, estratégico y empresarial, el Gobierno de España y su brazo judicial han puesto punto y final al proceso de normalización de la catalanidad y sus estructuras culturales dentro y fuera de Catalunya, han iniciado un proceso de recentralización del poder sin marcha atrás. El modo de responder a la voluntad del pueblo de Catalunya ha sido crear cizaña, desprestigiar la política catalana y su historia, negarle su condición de nación, amagar a España el pulso social catalán y fomentar el miedo en la sociedad catalana con mensajes de expulsión, miseria, fractura y fascismo si Catalunya se independiza. La amenaza es también, desde muchos medios y voces políticas, con la intervención de la autonomía de Catalunya.

Es lamentable.

APRECIACIÓN HISTÓRICA

La campaña de demostración de autoridad de la Monarquía, de la mano de los reyes Felipe VI y Juan Carlos, con problemas de salud, ha continuado con misiones diplomáticas en los Estados Unidos y en Brasil, exaltando todavía más el valor de la hispanidad, mientras el Ministro de Asuntos Exteriores inicia una fuerte campaña institucional en las embajadas de España para frenar el debate internacional del clamor catalán. Por otro lado el President de la Generalitat, Artur Mas, ha realizado misiones paralelas con viajes a Bruselas, Israel y a la Índia, y el debate ha traspasado las fronteras de España.

El pulso social, por otro lado, muestra que en Catalunya la sociedad está muy movilizada y participa activamente en el debate y la tensión simbólica, presionando enormemente a la esfera política, mientras que en el resto de España el debate está muy politizado y mantenido por los medios de comunicación estatales, pero al margen del pulso social, que es tratado como un espectador.

Tarde o temprano España deberá asumir la legitimidad de Catalunya, ante la historia de la Corona de Aragón y ante la historia de la Corona de España. Dos coronas en las que Catalunya labró prosperidad e identidad, hasta que hará tres siglos todo se truncó. Una realidad que se observa de nuevo, tras los infructuosos intentos de restituir la dignidad catalana en las Cortes de Cádiz de 1812, en la I República, en las Guerras Carlinas, con la ‘Mancomunitat de Catalunya’ que Primo de Rivera eliminó, con la II República y el Estatuto de Núria, y ahora en un sistema democrático, una infructuosa realidad que los poderes fácticos de España, el PP y el Tribunal Constitucional acabaron de labrar con su oposición a un ‘Estatut’ que quería ser español, pero también catalán.

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[1] Fuente: De FLUVIÀ, A., (1994). Els quatre pals. L’escut dels comtes de Barcelona. Col. Episodis de la Història. Barcelona: Rafael Dalmau. El historiador Armand de Fluvià transcribe a la perfección la gran cantidad de documentos que confirman estas afirmaciones ante el ya entonces abierto debate sobre cuál era la bandera de Aragón

[2] Fuente: http://bibliotecadigital.rah.es/dgbrah/i18n/consulta/registro.cmd?id=45579

[3] Fuente: http://books.google.es/books?id=w-pDAAAAcAAJ&printsec=frontcover&dq=ordenes+de+caballer%C3%ADa+espa%C3%B1olas&hl=ca&sa=X&ei=ER88VPvsIoXfatOTgjA&ved=0CCAQ6AEwAA#v=onepage&q=ordenes%20de%20caballer%C3%ADa%20espa%C3%B1olas&f=false (consulta 15 octubre 2014).

[4] Fuente: http://www.ordendemalta.es/story.php?id=224 (consulta 15 octubre 2014).

[5] Fuente: GUILLOT, E. et BILBENY, J. (2012). Descobriment i conquesta catalana d’América. Barcelona: LIBROOKS BARCELONA.

[6] Fuente: libro La historia del Almirante don Cristóbal Colón, por Hernando Colón. http://books.google.es/books?id=ghRIG_PP3AYC&pg=PA25&lpg=PA25&dq=Colon+%22yo+no+soy+el+primer+almirante+de+mi+familia%22&source=bl&ots=Cm3AXdoEJV&sig=l-e0elUFFQgowMsw6OPXizjsUtA&hl=ca&sa=X&ei=Xq1DVOK9KtX3arn6gbgJ&redir_esc=y#v=onepage&q=Colon%20%22yo%20no%20soy%20el%20primer%20almirante%20de%20mi%20familia%22&f=false

[7] Íd.

[8] Fuente: DANTÍ I RIU, J. (2002). El Consell de Cent de la ciutat de Barcelona (1249-1714). Col. Episodis de la Història. Barcelona: Rafael Dalmau.

[9] Nota: apreciaciones citadas al libro GUILLOT, E. et BILBENY, J. (2012). Descobriment i conquesta catalana d’Amèrica. Barcelona: LIBROOKS BARCELONA.

[10] Fuente: BOLÒS I MASCLANS, J. (1980). Com veieren els Països Catalans alguns viatgers del segle XVI. Col. Episodis de la Història. Barcelona: Rafael Dalmau.

[11] Fuente: http://www.cch.cat/pdf/54ica_ponencia_esans.pdf (consulta 30 Nov. 2013)

[12] Fuente: GUILLOT, E. et BILBENY, J. (2012). Descoberta i conquesta catalana d’Amèrica. Barcelona: LIBROOKS BARCELONA.

[13] Fuente: STRUBELL, M.B., TRUETA, A. et al. [1992] (2012). El cas dels catalans (The Case of the Catalans consider’d, [1714] i The Deplorable History of the Catalans [1714]). Barcelona: Curial Edicions Catalanes i Memorial 1714, delegació funcional d’Òmnium Cultural.

[14] Fuente: STRUBELL, M.B., TRUETA, A. et al. [1992] (2012). El cas dels catalans (The Case of the Catalans consider’d, [1714] i The Deplorable History of the Catalans [1714]). Barcelona: Curial Edicions Catalanes i Memorial 1714, delegació funcional d’Òmnium Cultural.

[15] Fuente: STRUBELL, M.B., TRUETA, A. et al. [1992] (2012). El cas dels catalans (The Case of the Catalans consider’d, [1714] i The Deplorable History of the Catalans [1714]). Barcelona: Curial Edicions Catalanes i Memorial 1714, delegació funcional d’Òmnium Cultural.

[16] Fuente: LAURO MARTINES (2103). Un temps de guerra. Una història alternativa d’Europa 1450-1700 (Epílogo) .Barcelona: Planeta, p. Barcelona: Planeta.

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